Innovación de procesos – Administración

Actualmente, desde el punto de vista de las empresas, la innovación es uno de los factores esenciales para asegurar el mantenimiento y sostenibilidad del negocio. Es por eso que los participantes de cualquier sector empresarial buscan constantemente productos que se adapten a las crecientes necesidades y demandas del mercado.

Con la competencia agresiva propia de este entorno, todas las empresas acaban subordinándose a un alto estándar de calidad, situación que exige el continuo perfeccionamiento de los mecanismos a través de los cuales se conciben sus productos y servicios.

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Para tener éxito frente a sus desafíos, dichas organizaciones deben incorporar en sus estrategias algún tipo de política o medida que favorezca la innovación de sus procesos y herramientas de negocio, apuntando a la mejora constante de sus actividades, condición que puede ser logrado, por ejemplo, eliminando desperdicios, identificando procedimientos costosos y adoptando soluciones que promuevan la motivación y creatividad de sus empleados.

Más claramente, un Proceso de innovación – nada más que la reorientación o reajuste de las prácticas comerciales – consiste en la adopción de tecnologías o modelos de producción significativamente mejorados. El resultado aumentará la conciencia sobre la calidad del producto y, sobre todo, la satisfacción del cliente.

No es necesario que la organización sea la primera en presentar la propuesta de mejora, pero para que la acción sea de hecho una idea innovadora, no debe haber sido utilizada antes en sus prácticas.

Desde otra perspectiva, la innovación de procesos exige el compromiso de todos los miembros de la organización para hacer siempre las cosas de la mejor manera. Sin embargo, identificar las necesidades del negocio e implementar los cambios necesarios puede resultar muy difícil y laborioso, porque implica cambios estructurales en la forma de hacer las cosas y, por tanto, depende del alto nivel de adhesión y compromiso de todos los empleados, básicamente el factor de mayor resistencia a los cambios en el entorno organizacional.

Por otro lado, este tipo de innovación, por regla general, no busca efectuar una transformación radical en las actividades de la empresa. Simplemente busca modificar aquellas tareas que puedan ofrecer un mayor grado de eficiencia, aportando excelencia operativa y ofreciendo una mejor adaptación y flexibilidad en relación a todos los objetivos. Al fin y al cabo, la idea solo cobra sentido cuando se verifica la mejora del negocio en aspectos que demuestren la alineación de las medidas con la estrategia de la empresa, ya que dicha adherencia es fundamental para la efectividad de los cambios que pretende la organización.

Una de las formas de llevar a cabo este propósito es fundamentar sus razones y hacerlo indispensable desde la perspectiva del cliente, ya que satisfacer sus deseos representa la preocupación y razón más importante de la existencia de la empresa.

Para una buena focalización de opciones, es necesario identificar oportunidades de negocio conectando con las personas, asumiendo sus puestos y buscando absorber sus expectativas y necesidades en la mayor medida posible.

Existen herramientas que pueden ofrecer una gran ayuda a las organizaciones para revisar o rediseñar sus procesos comerciales. Uno de ellos es la llamada El pensamiento de diseño, término creado por Tim Brown, Director Ejecutivo de Ideo, una firma consultora internacional de diseño e innovación con sede en Palo Alto, California.

Es un modelo de comprensión de los deseos del cliente que permite la creación de soluciones innovadoras que establecen una mayor conexión con su realidad, ayudando en la producción de contenidos enfocados a una mejor comprensión de quién es realmente el público objetivo del negocio, su comportamiento, su consumo. inclinaciones, lo que permite explorar qué se puede hacer para ser más asertivos sobre su percepción de la empresa y sus productos. Adoptar el enfoque es una oportunidad para las organizaciones que pretenden ser más estratégicas y estar en sintonía con el mercado.

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