Todas las manifestaciones clínicas y biológicas se deben a una disminución significativa de la masa de células hepáticas.
En el lenguaje común, hablamos de insuficiencia hepática para designar trastornos que no tienen conexión con el hígado: migrañas, digestión difícil, erupciones cutáneas.
Causas
La insuficiencia hepatocelular tiene varias causas: hepatitis aguda o crónica, cirrosis, tumores que destruyen el hígado. Las lesiones deben ser extensas para que aparezca el déficit.
Signos y síntomas
A un nivel moderado, la insuficiencia hepatocelular produce signos poco específicos: astenia, fatiga, somnolencia, pérdida de peso, sensibilidad anormal a los fármacos. Biológicamente, la insuficiencia hepatocelular se caracteriza por anomalías sanguíneas, las más importantes de las cuales son el aumento de la bilirrubina (pigmento biliar), la disminución de la albúmina sérica (proteína sanguínea), la disminución de los factores de coagulación (disminución de los niveles de protrombina y factor V).
En una etapa más avanzada Aparecen multitud de trastornos: ictericia, trastornos de la hemostasia (pequeñas hemorragias), trastornos nerviosos que van desde la somnolencia hasta el coma (encefalopatía hepática) con un temblor particular, asterixis. También existen trastornos endocrinos: depilación, disminución de la libido, infertilidad. Las palmas de la mano están rojas y cubiertas de pequeños angiomas estrellados (manchas rojas en forma de estrella). Las alteraciones de la función renal provocan retención de sal y alteración de la diuresis. El deterioro del sistema circulatorio se manifiesta por una aceleración del pulso y un aumento del gasto cardíaco.
En su forma más severa, La insuficiencia hepatocelular incluye alteraciones de la conciencia que pueden conducir al coma y al síndrome hemorrágico (hemorragia difusa). La hipoglucemia (descenso de la glucosa en sangre) también se presenta en las formas más graves.
Tratamiento y pronóstico
El tratamiento, incluso sintomático, es difícil e ineficaz. No existen medios artificiales de reemplazo, como ocurre con el riñón: solo el trasplante de hígado, cuando es posible, puede curar al paciente.
El pronóstico de la insuficiencia hepatocelular depende de la enfermedad causante. Si esto es reversible (hepatitis curable), puede ser beneficioso.
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