
HISTORIA
1. Las grandes invasiones (iiimi–vimi s.)
Damos el nombre de «grandes invasiones» (o «invasiones bárbaras», incluso indebidamente «invasiones germánicas») a un vasto movimiento de poblaciones que se produjo en Europa entre los iiimi y vimi siglos.
Durante este período, Occidente cambió de cara: tribus germánicas del norte y el este se asentaron gradualmente en los territorios romanos – lo que precipitó la caída del antiguo Imperio Romano – donde fundaron nuevos reinos dinásticos.
1.1. Las primeras migraciones de bárbaros
Desde el iiimi siglo, las tribus germánicas que limitaban con el Imperio Romano comenzaron a infiltrarse en el Imperio Romano. Muchos de estos «bárbaros», como los llamaban los romanos, se integraron obteniendo el estatuto de federación, que les permite guardar sus leyes a cambio de un servicio militar debido a Roma. Así, a partir del 400, una gran parte de los ejércitos romanos occidentales está formada por estos hombres que, muy a menudo, han alcanzado puestos de mando.
La primera etapa de las grandes invasiones está marcada por la victoria de los godos en Adrianópolis (378), donde es asesinado el emperador Valente. Para proteger mejor el territorio imperial amenazado, en 395, el Imperio Romano se dividió entre los dos hijos del difunto emperador Teodosio: Arcadio heredó la parte oriental (con Constantinopla como capital), mientras que Honorio se asignó a la parte occidental (con Roma para la capital). El segundo, que reinó del 395 al 423, es débil, y la realidad del poder la ejercen jefes militares de origen germánico, como Estilicón. En todo el Imperio Romano Occidental, la autoridad imperial está retrocediendo.
1.2. La sucesión de incursiones

La parte occidental del Imperio Romano sufrió violentos asaltos de los pueblos más directamente amenazados por los hunos de Asia. En 406, el Rin fue atravesado por grupos brutales, entre los que se encontraban los vándalos. Inestables y peligrosos, estos grupos son responsables de saqueos y destrucción que han dejado un terrible recuerdo (como ilustra el término “vandalismo”). Los vándalos, los alanos y los suevos cruzaron la Galia y la España romana, donde se asentaron los suevos (en Galicia). En 429, los vándalos cruzaron al norte de África y conquistaron Cartago, que se convirtió en la capital de su nuevo imperio.
Por su parte, expulsados de los Balcanes hacia Iliria, luego hacia Italia, los visigodos saquearon Roma (410) antes de invadir Narbona y Aquitania, donde se establecieron como federados en 413 Burgondes.
Bajo el reinado de Atila (434-453), los hunos, el pueblo turco-mongol de las estepas asiáticas, constituyen una amenaza aún más grave. Sin embargo, fueron detenidos en los campos catalaunicos, en 451, por la coalición de francos, borgoñones y visigodos liderada por el galo-romano Aecio. Su imperio, por tanto, se derrumbará.
Al mismo tiempo, hacia el año 450, la Bretaña romana (Gran Bretaña) cayó en manos de los anglos, los sajones y los jutos (pueblos germánicos del Mar del Norte), que hicieron retroceder a los celtas hacia el oeste.
1.3. La caída de roma
En este contexto de movimientos migratorios, puntuados por redadas y sembrando la anarquía, la capital del Imperio Occidental, Roma, fue saqueada varias veces durante el vmi siglo: primero en 410, por los visigodos del rey Alarico Ier ; una segunda vez en 455, por los vándalos del rey Geiseric (o Genseric), desembarcó en el norte de África. El tercer ataque a la Ciudad Eterna fue fatal para el Imperio Romano Occidental: en 476, el emperador, Rómulo Augusto, fue derrocado después de un año de reinado por el líder de los Hérulos, Odoacre (v. 434-493), quien así se convierte en el primer rey bárbaro de la península italiana.
Al final del vmi siglo, la fisonomía de Occidente está trastornada. Los grupos germánicos, aunque pocos en número, del 5% al 6% de la población romana, se impusieron y formaron reinos. En la península italiana, Teodorico el Grande, rey de los ostrogodos (493-526), despide a Odoacre, elige a Rávena como capital y se hace pasar por heredero del Imperio Romano Occidental. La Galia, por su parte, está en manos de los francos, unificados por el rey Clovis (481 o 482-511).
En la Península Ibérica, los visigodos (que fueron rechazados por los francos más allá de los Pirineos) instalan un reino poderoso, con Toledo como su capital (alrededor del 554). En cuanto a Gran Bretaña, los anglosajones borraron las huellas de la colonización romana y fundaron la Heptarquía (vimi–ixmi siglos).
Las grandes invasiones se llevaron consigo el Imperio Romano de Occidente. Un mundo franco o gótico tomó el relevo de la Galia romana, España e Italia.
Para obtener más información, consulte el artículo. Antigua Roma: el Imperio Romano [27 avant J.-C.-476 après J.-C.].
2. Las nuevas invasiones (ixmi–Xmi siglos)


A ixmi siglo, una nueva ola de invasiones golpeó Europa. De todos ellos, los de los vikingos en Gran Bretaña y el oeste de Francia son posiblemente la mayor amenaza. El peligro también viene del sur con los sarracenos, piratas musulmanes que abandonaron el norte de África y España; conquistaron Sicilia (831), saquearon las costas de Italia y Provenza, llegando, para algunos de ellos, a Suiza.
Alrededor de 890, los magiares (o húngaros), jinetes nómadas de Europa del Este, comenzaron a saquear Germania y el este de Francia, dejando atrás ciudades y fundaciones religiosas en ruinas. Los magiares siguen siendo una amenaza para Europa occidental hasta su derrota (955) contra Otto Ier el Grande, rey de Germania, entonces primer emperador del Sacro Imperio (962-973); finalmente se establecieron, para fundar el reino de Hungría alrededor del año 1000.