Escritor italiano (Santiago di Las Vegas, Cuba, 1923 – Siena 1985).
La escritura de Calvino acompaña con gran rigor todos los movimientos de la sociedad y la literatura italiana (e internacional) desde los últimos años de la Segunda Guerra Mundial hasta la década de 1980. De hecho, revela plenamente los compromisos directos de Calvino (en la Resistencia o en los debates de la posguerra) o sus posiciones con respecto a la sociedad. También revela su confrontación con las diferentes experiencias culturales que se han manifestado a lo largo del tiempo (desde el «neorrealismo» hasta el estilo experimental de los últimos años de su vida). Un breve vistazo a su obra puede dar fe de ello. Sus primeras historias (el sendero del nido de araña, 1947; El cuervo viene al final 1949), sobre la base del “programa” neorrealista, relatan hechos, a menudo autobiográficos, de la historia de la Resistencia. Sin embargo, ya están anunciando los dones de narrador y fabulista que desplegará especialmente en la trilogía de Nuestros antepasados (el vizconde asesinado, 1952; el barón encaramado, 1957; el caballero inexistente, 1959) donde lo extraño se encuentra con el humor en la pintura desde los orígenes de la época moderna. Así, en el barón encaramado, el héroe eligió pasar su vida encaramado en los árboles, desde la víspera de la Revolución hasta la Restauración. En cuanto a al caballero inexistente, no es otro que un paladín de Carlomagno, desprovisto de cuerpo y sólo identificable por su armadura animada con una energía invisible: la ironía y el humor hacen de todas estas fábulas fantásticas las imágenes exactas de la Historia, ridículas. El compromiso político de Calvino –en las filas del PCI hasta 1956– todavía se expresa en el día de un escrutador adjunto (1963), mientras su obra evoluciona en la encrucijada de la fantasía y la semiótica: Cosmicómica (1965), Tiempo cero (1967), ciudades invisibles (1972), el castillo de los destinos cruzados (1973) y sobre todo Si en una noche de invierno un viajero (1979), que trata de la lectura de una decena de novelas en su infancia, cada una de las cuales continúa en todas las demás y las contiene todas. Dentro Palomar (1983), Calvino se dobla como un personaje patético y cómico, cuya pasión por los grandes sistemas no deja de chocar a diario. Reunidos en 1980 en la máquina de la literatura: pruebas, su trabajo crítico prolonga su actividad dentro de las ediciones de Einaudi y la revista Menabò, que fundó en 1959 con Vittorini. En este contexto, debemos mencionar la vasta reflexión sobre la literatura contenida en el Lecciones estadounidenses: lista de verificación para el próximo milenio, publicado póstumamente en 1988. Además, la publicación tras su muerte de varios textos, narrativas (Bajo el sol del jaguar, 1986) o reseñas (¿Por qué leer los clásicos? 1991) confirma la relación que Calvino siempre ha mantenido y nutrido con la escritura.