Juana de Arco – Biografía de la heroína francesa – Historia

Juana de Arco fue un jefe militar y personalidad de la época medieval que jugó un papel importante en la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra, que duró de 1337 a 1453. Fue canonizada en 1920 por la Iglesia Católica, siendo conocida posteriormente como la Santa Patrona de Francia.

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Juana de Arco (Ilustración: Jules Eugène Lenepveu – 1886-1890)

Juana de Arco nació el 6 de enero de 1412 en el pueblo de Domrémy, región de Borrois en Francia. Era la menor de los cinco hijos del matrimonio Jacques D’Arc e Isabelle Romée, agricultores y artesanos. Tuvo una infancia sencilla, no sabía leer ni escribir y ayudaba a sus padres en el cultivo de la tierra y la crianza de animales.

Presenció la ejecución de miembros de su familia por soldados ingleses que invadieron el pueblo donde vivía. Creció siguiendo los principios católicos y a los 13 años aseguraba escuchar voces divinas que constantemente le enviaban mensajes.

Las voces le ordenaron que siguiera asistiendo a la iglesia y que fuera a París para expulsar a los ingleses y ayudar a su patria en la guerra. Posteriormente Joana D’Arc relató que presenció la aparición del arcángel São Miguel junto con Santa Catarina y Santa Margarida, identificando que las voces que siempre escuchaba provenían de ellas. Involucrada e impresionada por estos hechos, la joven se cortó radicalmente el cabello, se vistió con ropa de hombre y comenzó el entrenamiento militar. En 1429 abandonó su pueblo y se dirigió a la corte del rey Carlos VII, ganándose su confianza al reconocerlo disfrazado entre sus ministros y dirigirse directamente a él, transmitiéndole las estrategias de mando que había recibido.

Así que recibió el mando de una pequeña tropa y se dirigió a Orleans, región dominada por los ingleses. Inicialmente Juana de Arco se enfrentó a los enemigos ordenándoles retirarse, pues ella era la enviada de Dios ya través de su fe vendría la fuerza necesaria para luchar. Los soldados ingleses ignoraron a la joven y comenzó el combate, que duró tres días. Durante la lucha, los enemigos se retiraron y Orleans volvió a ser dominio de Carlos VII.

Juana de Arco se ganó el prestigio del rey y el pueblo la consideraba una heroína nacional, lo que provocó la envidia de los militares franceses. Una conspiración comenzó en silencio entre ellos para reducir el apoyo a la joven.

En mayo de 1430 Juana de Arco fue enviada a recuperar una región que estaba dominada por los borgoñones, aliados franceses de los ingleses.

En un intento por liberar la ciudad de Compiègne, cerca de París, la joven fue capturada durante el ataque al campamento de Margny.

El 23 de mayo fue arrestada y entregada a los ingleses, pasando a ser propiedad del duque de Luxemburgo. La llevaron al castillo de Beaurevoir y permaneció allí todo el verano mientras el duque negociaba su venta. Una vez concluida la transacción con los ingleses, Juana de Arco fue llevada a Rouen, al noroeste de Francia. Allí fue encarcelada en una celda oscura custodiada por cinco hombres y acusada de cometer herejía y asesinato. Su juicio se prolongó durante meses provocando agotamiento físico y psíquico a la joven.

El 30 de mayo de 1431, Juana de Arco entró vestida de blanco y subió a la plataforma de ejecución instalada en la Plaza del Mercado Rojo de Rouen.

El lugar estaba abarrotado de gente y tras la lectura del veredicto, Juana de Arco fue quemada viva en la hoguera. Sus cenizas fueron arrojadas al río Sena para que no hubiera oportunidad de homenaje público.

En 1456 el Papa Calixto III invalidó el proceso que condenó a Juana de Arco y la absolvió de los cargos. En 1909 la Iglesia Católica autorizó su beatificación y el 16 de mayo de 1920 fue canonizada por Benedicto XV.

Con su trayectoria histórica, Juana de Arco fue inmortalizada como la primera heroína de la nación francesa e inspiradora de la fe, convirtiéndose en tema de varias pinturas, películas y libros.

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