Klaus Michael Grüber –

Director de teatro y ópera alemán (Neckarelz, ahora adscrito a Mosbach, 1941-Le Palais, Belle-Île, 2008).

Hijo de pastor, comenzó a formarse como actor en Stuttgart antes de partir de Alemania hacia Italia, donde se convirtió en asistente de Giorgio Strehler en el Piccolo Teatro de Milán (1965). Allí realizó sus primeras producciones, montando el juicio de Juana de Arco por Brecht (1968), luego las bacantes de Eurípides. En 1972, se unió a Schaubühne, la compañía entonces dirigida por Peter Stein en Berlín Occidental, donde conoció a Bruno Ganz, quien se convertiría en uno de sus actores favoritos. El comenzo alli con Leyendas del bosque vienés de Ödön von Horváth.

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Al mismo tiempo que su experiencia en la Schaubühne, llevó a la fiesta a asociar con los clásicos a los poetas fundadores de la conciencia alemana (Empédocles, Hölderlin, Festival de otoño, 1976; Fausto, Goethe, id., 1982 [avec Bernhard Minetti dans le rôle-titre]), explora una nueva forma de hacer teatro, sobre todo moviendo la representación fuera del marco institucional. Por lo tanto, pone en escena Faust Salpêtrière (según Goethe, 1975) en París en la capilla Saint-Louis del hospital, Viaje de invierno (después de Hölderlin, 1977) en Berlín en el estadio construido por Hitler para los Juegos Olímpicos de 1936, o incluso Madre pálida, tierna hermana (según Jorge Semprun, 1995) en Weimar en un cementerio.

Estos “viajes iniciáticos” se alternan con retornos al escenario tradicional. Sus escenografías, privilegiando la interioridad, se colocan bajo el signo de un grandioso despojo. Aparecen como la concretización de una búsqueda artística volcada hacia el murmullo, la lentitud, el refinamiento, el borrado de cualquier postura y cualquier énfasis teatral (Berenice, Raíz, 1984 [avec Ludmila Mikaël] ; En la autopista, Chéjov, id. ; el cuento de la sirvienta Zerline, Hermann Broch, 1986 [avec Jeanne Moreau] ; Muerte de Danton, Büchner, 1989; Hyperion, según Hölderlin, 1991; anfitrión, Kleist, id. ; Espléndido, Genet, 1994; Ifigenia en Tauride, Goethe, 1998).

Grüber también es responsable de numerosas puestas en escena de obras líricas, entre las que se encuentran la valquiria (Wagner, 1976), De la casa de los muertos (Janácek, 1992), la Traviata (Verdi, 1993), Tristán e Isolda (Wagner, 1999), la coronación de poppea (Monteverdi, 2000) o Boris Godunov (Mussorgsky, 2006).

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