La revolución fundamentalista de Irán

En 1979 se produjo el La revolución fundamentalista de Irán. Hasta ese año, el país estaba gobernado por Shah Mohammad Reza Pahlevi y vivía una monarquía pro occidental. Después de la revolución, Irán comenzó a ser comandado por el ayatolá Ruhollah Khomeini, quien hizo que la nación pasara de una monarquía a una república islámica. La revolución fundamentalista iraní tuvo lugar en dos fases. En el primero, algunos grupos liberales formaron una alianza con grupos religiosos y de izquierda para deponer al sha. En el segundo, los ayatolás llegaron al poder.

La revolución fundamentalista de Irán tuvo varias causas. Se puede decir que, en ese momento, el régimen de los shas había perdido el apoyo de la población. Eso se debe a que hubo mucha influencia de países occidentales como el Reino Unido y los Estados Unidos, lo que provocó que su cultura invadiera Irán. Además, el régimen era demasiado rígido frente a los opositores, todo estaba censurado. Los castigos eran la tortura, el encarcelamiento y el asesinato de todos los que no estaban de acuerdo con el sha. Desde un punto de vista económico, la inflación siguió aumentando, aumentando la pobreza y disminuyendo la confianza de la gente en los proyectos de Shah Reza Pahlevi.

Con el repudio de la población a la influencia de los países occidentales, el ayatolá Jomeini fue visto como un ícono que daría nuevos rumbos al país y promovería una revolución. Aparte de todos estos factores, el sha subestimó la fuerza del ayatolá y lo vio como una amenaza menor.

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Al mando de Irán desde 1941, el sha mantuvo buenas relaciones con los estadounidenses. Su régimen practicó actos brutales contra los disidentes y se caracterizó por la corrupción, lo que generó un clima permanente de protesta dentro del país y en la comunidad internacional. Sumado al clima y al descontento de la gente, el ayatolá Jomeini, líder de la oposición, comienza a decir que el régimen del Shah era tiránico.

Con eso, Jomeini termina siendo arrestado y exiliado en el año 1964, haciendo que aumenten las protestas religiosas contra el sha. Entre los años 1963 y 1967, Irán experimentó una especie de milagro económico debido al aumento del precio del petróleo y las exportaciones de acero. Temiendo una posible revolución, el gobierno invirtió grandes sumas en la compra de equipos para la industria de guerra estadounidense. Después de enfrentarse a varias negativas de los líderes religiosos, el sha comenzó, poco a poco, a controlar la sociedad iraní para reducir la fuerza del Islam en el reino. Estas reformas se conocieron como la revolución blanca.

Después de la presión de los derechos humanos y de la comunidad internacional, en 1977 el régimen del Shah se vio obligado a liberar a 300 presos políticos, quienes informaron a otros países de la represión y brutalidad del régimen del Shah. Dos años más tarde, tras una serie de protestas, el sha se vio obligado a abandonar el país. Luego, en 1979 Jomeini regresa de Francia, donde estaba exiliado, llevando a cabo la revolución contra el sha y convirtiéndose en el líder supremo de la república islámica.

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