Libro de los Salmos – Biblia

EL libro de los Salmos está presente en el Tanaj – la Biblia hebrea, en la que se recogen los textos sagrados más significativos de este pueblo – y en las Sagradas Escrituras cristianas. Lo más inusual de estos himnos y oraciones es que son aceptados por las tres principales religiones monoteístas del planeta, el judaísmo, el cristianismo y el islam.

Los salmos, creados por diferentes personas, están compuestos por 150 canciones y poemas transmitidos en la época antigua de Israel, en el Templo de Jerusalén. Posteriormente fueron adoptados por cristianos y musulmanes en eventos de glorificación de Dios o Alá. Este libro se construyó a lo largo de aproximadamente ochocientos años.

Aunque la autoría de los salmos es variada, se dice que la mayoría de ellos – unos 73 poemas – fueron generados por el rey David; a Asaf la atribución de doce salmos; el famoso soberano Salomón habría creado al menos dos de ellos. 51 de estos poemas se consideran descendientes de personas anónimas.

Entre los salmos, hay diferentes estilos y roles: cantos religiosos para adorar a Dios; oraciones realizadas por ayuda, protección y redención; cantos de gratitud por la ayuda divina; oraciones en nombre del soberano; canciones con el objetivo de llevar a los hombres al ejercicio de la caridad; apela al Señor para que castigue a los opositores, entre otros.

Aún no se ha definido con precisión el momento en que se crearon los salmos; hay múltiples hipótesis, que oscilan hasta un milenio, desde 1440 aC, fecha que marca la huida de los hebreos desde Egipto hacia Babilonia, donde volverían a ver privada de su libertad. En ocasiones es posible establecer un paralelismo entre el contenido de los poemas y los hechos históricos ocurridos durante este período, como, por ejemplo, pasajes de la trayectoria de David.

Las oraciones, de naturaleza íntima y relacionadas con una región específica, revelan las emociones cultivadas dentro de un individuo o simbolizan las necesidades y la conciencia interior de todos los que creen en el Creador. Estos salmos fueron, al principio, legados de generación en generación oralmente; su sistematización escrita se basó en la recopilación de la cultura ancestral de los habitantes de Israel. Este proceso, impulsado por el profeta Ezequiel, comenzó durante el cautiverio en Babilonia, en los siglos VII-VI a. C.

La expresión poética de los salmos se conoce como paralelismo, reproducción del mismo concepto con otros términos, en la línea o líneas que siguen. Esta técnica, combinada con ricas analogías, otorga elegancia y armonía a la poética israelí. Los salmos no se limitan al Antiguo Testamento, ya que fueron recitados por Jesús en innumerables ocasiones, como atestiguan los diversos autores del Evangelio.

Los poemas judíos siempre han mantenido un estrecho vínculo con la música. De esta forma, aunque se puedan recitar de forma natural, para que tu estilo literario se siga al pie de la letra, conviene cantarlos, lo que sin duda encaja mejor con tu género. Quizás por eso, en hebreo la expresión ‘Salmos’ puede traducirse como ‘Tehilim’, es decir, ‘cánticos de alabanza ”.

Fuentes:
http://dlibrary.acu.edu.au/research/theology/ejournal/Issue2/John_Thornhill.htm
http://pt.wikipedia.org/wiki/Livro_de_Psalms
http://www.idealdicas.com/a-respect-do-livro-de-salmos/


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