Literatura fantástica: autores y obras

El término Fantástico viene del latín phantasticus cuya etimología tiene su origen en griego Phantastikos lo que significa fantasía. La Edad Media con sus narrativas míticas y fantásticas es un terreno fértil para el desarrollo y difusión del género. El entorno geográfico de la Europa del siglo XVIII, con sus lúgubres castillos góticos y su vegetación oscura y helada, crea un escenario narrativo ideal para historias fantásticas.

Según estudios de HP Lovecraft, la aparición de literatura fantástica coincide con el nacimiento de la idea misma de producción literaria. Desde pueblos primitivos, las narraciones orales ya están pobladas de elementos sobrenaturales que luego dan lugar a leyendas. Desde el momento en que la literatura deja de ser puramente oral y se convierte en una modalidad escrita, las leyendas se convierten en el elemento primordial de las escrituras sagradas.

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Motivados por la persecución cristiana de herejes y brujas, las leyendas comienzan a expandir sus historias más allá de los temas sagrados y religiosos y se alimentan con la creación de innumerables personajes: demonios, brujas, dragones, monstruos, objetos mágicos, animales encantados, vampiros, seres fantasmales, entre otros.

Esta transposición entre lo sagrado y lo profano crea nuevos géneros ligados a lo fantástico. Cuentos de hadas famosos, figuras populares, novelas de terror, novelas góticas y cuentos maravillosos, historias que abordan los elementos sobrenaturales como si fueran naturales y, por tanto, no son cuestionados en la trama por los personajes ni por el lector.

A partir de la década de 1970, la literatura fantástica comenzó a ser estudiada en profundidad por la crítica literaria. El erudito Tzevtan Todorov publica Introducción a la literatura fantástica, obra que presenta una de las funciones fundamentales del género fantástico: la vacilación entre realidad y fantasía que la narrativa debe provocar en el lector.

En el siglo XX, Jean-Paul Sartre actualiza el concepto de literatura fantástica a partir del análisis de las obras de Maurice Blanchot y Franz Kafka. Para Sartre, el fantástico contemporáneo se diferencia del tradicional por no poner de forma antagónica lo real y lo imaginario. La literatura fantástica contemporánea se basa en el concepto de lo absurdo, los personajes no se enfrentan a los miedos y horrores que encierra la exploración de castillos y bosques, el miedo ahora suele residir en enfrentarse a un mundo real, pero eso es al revés. El caos de la vida moderna es lo que imprime la atmósfera fantástica en las historias.

Ya sean tradicionales o contemporáneos, muchos escritores producen obras que contribuyen legítimamente al género fantástico. E incluso autores con tendencias fantásticas colaboran con el rescate y nuevos contornos de las narrativas. Para citar algunos ejemplos:

  • Alicia en el País de las Maravillas, Lewis Carroll;
  • la iglesia del diablo, un cuento de Machado de Assis con fantásticas tendencias;
  • La metamorfosis, Franz Kafka;
  • Animales fantásticos y dónde encontrarlos, J. K. Rowling;
  • Las crónicas de Narnia, C. S. Lewis;
  • Macunaíma, El libro de Mário de Andrade con fantásticas tendencias.

Referencias:

Carmo, Aguinaldo Adolfo. Consideraciones sobre lo fantástico en la literatura. Disponible: <https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5106115.pdf>. Consultado el 22 de diciembre. 2018.

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