O Luciferianismo es un conjunto de creencias centradas en la figura de Lucifer. Con origen en el culto de adoración a las serpientes, el luciferianismo es una antigua creencia en misterios arraigados en prácticas paganas griegas. Sus seguidores hacen referencia a la entidad romana Lucifer, que es el Portador de Luz y la personificación de la iluminación. En su origen, Lucifer fue el nombre que se le dio a la estrella de la mañana, también conocida como Venus. Algún tiempo después, el nombre de Lucifer fue descontextualizado por el cristianismo y corrompido en su esencia.

Esta corriente defiende el encuentro con la divinidad dentro de cada uno de nosotros como un factor importante en el camino de la verdad, porque es lo que puede traernos conciencia y conocimiento, además del libre albedrío. La figura de Lucifer fue recurrente en varias creencias y dotada de distintas representaciones míticas. En general, Lucifer nunca fue una entidad peyorativa, sino un ángel con luz y conocimiento. Solo cuando el cristianismo distorsionó su imagen, convirtiendo a Lucifer en un antagonista de la fe cristiana, surgieron diferentes interpretaciones míticas, como el satanismo. Esto, en principio, es una reacción opuesta al cristianismo. Tiene características similares al paganismo, pero está desconectado de sus prácticas.

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Debido a las diferentes interpretaciones formuladas sobre Lucifer, su culto ha sufrido adaptaciones. La versión más actual del luciferianismo es la Neoluciferianismo o Luciferianismo moderno, que sintetiza las versiones previamente existentes. Los seguidores de esta tendencia más actual identifican a Lucifer como un referente para la autorrealización y el desarrollo personal, considerando que realmente existe como una entidad sobrenatural. Es notable cómo sus seguidores siguen existiendo, ya que, después del cristianismo y especialmente durante la época de la inquisición, fueron extremadamente perseguidos. Aunque los cristianos buscaron su exterminio, lo que sucedió fue todo lo contrario, su expansión. Los luciferinos se desarrollaron en contacto con otras religiones, como la religión Wicca y con otros paganos. Lucifer solo está vinculado a la figura del diablo en la mitología cristiana, que, a su vez, es una distorsión de la mitología pagana previamente existente. Fuera de la mitología cristiana, Lucifer es una de las manifestaciones del Dios Sol.

El luciferianismo predica una visión centrada en Lucifer, pero de forma ecléctica y abierta al desarrollo. Se divide en Luciferianismo tradicional o teísta, creyendo en la existencia de Lucifer como un ser físico, y en Luciferianismo simbólico o Agnóstico, que cree en Lucifer como símbolo de luz, conocimiento, crecimiento individual y superación personal.

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