Memoria inmunológica

El sistema inmunitario es el sistema encargado de vigilar nuestro organismo. Ya sea para defendernos o para atacar amenazas, es importante que este sistema funcione correctamente para que nuestro cuerpo se mantenga saludable.

Tanto los microorganismos invasores como las células propias modificadas (células tumorales) suponen una amenaza para nuestro organismo. Para combatir tales peligros, el sistema inmunológico tiene una respuesta compleja y elaborada a estos estímulos. Sin embargo, el sistema inmunitario no vive únicamente de ‘ataques’. La forma en que el sistema inmunológico ‘ataca’ las amenazas es promoviendo la inflamación. Este proceso recluta y activa células importantes para la respuesta, además de promover un ambiente muy hostil tanto para el patógeno como para el propio organismo. Por tanto, es necesario que el equilibrio entre inflamación y antiinflamación esté finamente equilibrado, ya que una antiinflamación precoz favorecería la eliminación completa del patógeno y una inflamación prolongada más de lo necesario podría dañar vigorosamente al propio tejido. Por ello, es interesante que el sistema inmunitario sea capaz de perfeccionar cada respuesta para que su eficacia sea aún mejor.

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Durante el proceso de montaje de una respuesta inmune contra un antígeno, se genera una gran cantidad de células encargadas de reconocer y atacar al antígeno. Estas células extremadamente específicas para cada antígeno juegan un papel fundamental en presencia del antígeno, sin embargo al final de la respuesta, cuando el antígeno ha sido eliminado por completo, esta cantidad de células específicas, además de ser innecesaria, necesita ser eliminada. con el fin de no causar ningún daño al huésped, además de ahorrar costos de energía innecesarios. Lo que pasa es que en ese momento, buena parte de esas células, que ahora ya no se necesitan, mueren. Sin embargo, no todas estas células específicas mueren y las células que quedan se llaman celdas de memoria🇧🇷

A partir de este momento, cada vez que el individuo entra en contacto con el mismo antígeno (patógeno o propio), estas células específicas reconocen rápidamente el antígeno y se dividen rápidamente, haciendo que la respuesta en el segundo contacto sea incluso más rápida que en el segundo contacto. Este proceso ocurre cada vez que se establece el contacto entre el organismo y el antígeno, haciendo que la respuesta sea cada vez más rápida e intensa. por eso el nombre memoria inmunologica🇧🇷

Usando este principio de memoria inmunológica, las vacunas brindan protección contra diversas enfermedades causadas por virus, hongos o bacterias. Mediante la exposición controlada de antígenos, la vacuna proporciona el primer contacto entre el organismo y el microorganismo, sin que éste cause ningún daño al huésped, que luego ensambla su complejo ‘arsenal’ contra dicho patógeno. Así, cuando eventualmente se produzcan nuevos contactos, el organismo ya está preparado para responder a tal infección y, por lo tanto, no desarrollará la respectiva enfermedad. El proceso de inmunización a través de vacunas ha sido una herramienta importante para mantener la salud individual y pública en los últimos años. A través de ella se podrían erradicar algunas enfermedades y reducir drásticamente otras, como la viruela, el sarampión, el tétanos, entre otras.

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