Meniscos: anatomía, funciones, lesiones

Las articulaciones del cuerpo humano están formadas por diferentes estructuras. Aunque muchas veces solo se hace hincapié en la estructura ósea, es importante que se mencione toda la estructura de los tejidos blandos para que podamos entender la función de la articulación, el motivo de la composición que presenta y, en consecuencia, entender mejor la mecánica de la articulación. movimiento humano.

En cuanto a la composición anatómica, las rodillas están formadas básicamente por fémur, tibia y rótula. Para que haya un movimiento armonioso en esta estructura, la tibia tiene una estructura llamada menisco, compuesto de fibrocartílago, en forma de media luna. Están ubicados en la meseta tibial y se dividen en dos porciones: el menisco medial (lado interno de la rodilla) y el menisco lateral (lado externo de la rodilla). Los meniscos son una parte importante de la formación accesoria de la articulación de la rodilla, ubicada en las extremidades inferiores. Son estructuras cartilaginosas formadas por fibras de colágeno tipo I, que representan el 90% de todos los tipos de colágeno. Estas fibras de colágeno están estructuradas en tres capas, haciendo que esta distribución permita la disipación de las fuerzas compresivas de forma periférica y tangencial.

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Meniscos (visto desde arriba) y varios tipos de lesiones que pueden ocurrir en esta estructura. Ilustración: Alexonline / Shutterstock.com

La superficie meniscal presenta la orientación de las fibras de forma aleatoria, y en las estructuras profundas presentan la organización de las fibras de forma circunferencial. Las fibras que tienen una orientación radial, desde la periferia hasta el borde libre del menisco, ayudan a limitar el movimiento de las bandas circunferenciales. Las estructuras de ligamentos de los meniscos están formadas por fibras capsulares que unen los bordes convexos más gruesos a los cóndilos tibiales, llamados ligamentos coronarios. La inserción de los cuernos anterior y posterior permite que la dinámica entre los meniscos y la meseta tibial estabilice los movimientos realizados por la articulación de la rodilla.

En aspectos vasculares, se sabe que la estructura del menisco no presenta gran vascularización. El menisco está vascularizado solo por el plexo capilar perimeniscal, que se origina en las arterias geniculares medial y lateral. La inervación, por otro lado, ocurre paralela a la distribución vascular, ubicándose predominantemente en los cuernos anterior y posterior de los meniscos. Por su estructura, es evidente que el menisco realiza grandes funciones en el cuerpo humano, a pesar de ser un componente tan pequeño para tantas funciones, que son: transmisión facial, estabilidad articular, propiocepción, lubricación articular y distribución de nutrientes.

En cuanto a la distribución de cargas, podemos decir que los meniscos acaban sufriendo un gran estrés cuando se analizan en función de su ubicación y función. Durante el proceso de distribución y transmisión de la carga, los cóndilos tibiales femorales se acercan y comprimen los meniscos. La forma del menisco medial provoca un aumento de la congruencia entre el cóndilo femoral relativamente convexo y una meseta tibial plana, ampliando así la superficie para transmitir cargas axiales. Sin embargo, existe una tendencia a que el menisco se extruya, de ahí la necesidad de estabilizar las estructuras a través de los ligamentos y la cápsula articular que rodea la articulación. Cabe recordar que parte de las cargas axiales se transmite a través de las estructuras meniscales mientras que la otra parte se transmite a través de la cápsula articular. El apoyo que brindan los meniscos puede generar mayores o menores tensiones en ambos meniscos, dependiendo únicamente de los ángulos de flexión que puedan presentar las rodillas.

Los meniscos también actúan como agentes secundarios de restricción del movimiento, evitando así los movimientos de traslación anterior de la tibia, que pueden presentar insuficiencia del ligamento cruzado anterior (LCA). Cuando hay insuficiencia de LCA asociada con deficiencia de menisco, se manifiesta un patrón de inestabilidad rotacional anteromedial. La estabilización meniscal también previene la manifestación de patrones en varo y valgo de rodilla, que pueden presentar cambios severos en la posición y función de las articulaciones adyacentes.

Algunos procedimientos, como la meninsectomía, pueden generar alteraciones en la función del menisco, dejando la función estructural prácticamente insuficiente, resultando en una mayor propensión a lesiones más graves y, en consecuencia, disminuyendo la funcionalidad y posiblemente generando dolor. Por ello, es muy importante actuar de forma preventiva sobre estructuras que se encuentren intactas, pero intentar realizar los mejores tratamientos a la hora del proceso de rehabilitación.

Referencias

NETTER, Frank H .. Atlas de Anatomía Humana. 2ª ed. Porto Alegre: Artmed, 2000.

TORTORA, Gerard J. Cuerpo humano – Fundamentos de anatomía y fisiología. Puerto Alegre. 4ª ed. Editorial Artmed. 2000.

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