A micorrizas Son asociaciones simbióticas entre los hongos y las raíces de las plantas. Además de constituir una importante relación biológica que favorece a un gran número de especies de hongos y plantas, las micorrizas son fundamentales en el ciclo de nutrientes y el mantenimiento de la calidad del suelo.
Se observa en la naturaleza que más del 90% de las especies de plantas vasculares tienen relaciones simbióticas con hongos. Las micorrizas constituyen un tipo específico de relación ecológica, el mutualismo, en el que ambos componentes se benefician de la interacción (el hongo absorbe azúcares y las plantas aumentan la absorción de nutrientes). Sin embargo, la ausencia de uno de los organismos provoca importantes problemas de crecimiento y desarrollo o incluso la muerte del otro. Un ejemplo clásico son las orquídeas, que dependen en gran medida de las micorrizas para sobrevivir.
Las micorrizas se dividen simplemente en ecto y endomicorrizas. En el primer caso, las hifas del hongo no penetran en las células de la raíz de la planta (ecto = externo) mientras que en el segundo las hifas ingresan en la célula vegetal formando invaginaciones en la membrana celular del tejido de la raíz (endo = interno).
A ectomicorrizas se encuentran en el 10% de todas las familias de plantas vasculares, siendo comunes en eucaliptos, pinos y rosales. Los hongos en esta asociación suelen ser de las divisiones Ascomycetes, Zygomycetes o Basidiomycetes. La interacción hongo-planta puede darse de forma específica o general. El género de hongos Amanita, por ejemplo, está presente en micorrizas con muchos grupos de plantas. Es importante señalar que una misma planta puede asociarse con varias especies de hongos al mismo tiempo, creando relaciones altamente complejas. Debido a que ocurren fuera del tejido vegetal, las ectomicrorrizas se caracterizan por la formación de una red de hifas en la superficie de las células de la corteza de la raíz. El micelio fúngico puede crecer lejos de la raíz, produciendo una malla intrincada con la tierra y otros hongos. Debido a estas extensiones en el suelo, los hongos suelen transmitir nutrientes como el carbono y el nitrógeno a la planta.
A endomicorrizas se presentan de diferentes formas, clasificándose en micorrizas arbusculares, ericoides y orquidoideas. El primer tipo, arbuscular, se llama así porque se forman hendiduras segmentadas dentro de las membranas de las células de la raíz, similares a un arbusto. De esta forma aumentaría la superficie de contacto entre el hongo y el citoplasma de la célula vegetal, facilitando la transferencia de nutrientes entre ambos. Estas endomicorrizas son las más comunes en la naturaleza, ocurriendo en más del 80% de las familias de plantas, además de ser una de las relaciones ecológicas más antiguas conocidas, con fósiles y análisis de ADN que apuntan a su aparición desde hace más de 400 millones de años. Este tipo de mutualismo se da solo con los hongos de la división. Glomeromicetos, cuyas hifas producen la glicoproteína glomalina, una de las mayores reservas de carbono del suelo del planeta. La endomicrorriza ericoide se caracteriza por el crecimiento de hifas espirales en las capas superficiales de las células de la planta huésped. Las hifas fúngicas colonizan modestamente el ambiente externo alrededor de la raíz, donde realizan un tipo de digestión extracelular conocida como saprotrofismo. De esta forma, el hongo absorbe materia orgánica en descomposición, que también nutre los tejidos de la planta con nutrientes esenciales. La endomicorrizas de orquídeas ocurre obligatoriamente en todas las especies de orquídeas en alguna etapa de su desarrollo. Las hifas fúngicas de la división Basidiomycete penetran en las células de la raíz y forman una espiral típica.
Referencias:
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