Peces migratorios

Durante generaciones, el hombre se ha maravillado ante lo maravilloso y deslumbrante migración Estacional y Anual de Diversos Especies de peces en todo el mundo. Los peces en general a menudo pueden viajar grandes distancias, y con esto pueden encontrar muchos obstáculos y depredadores, y sin embargo, al final de este increíble viaje sobreviven y continúan la vida de su población.

A lo largo de los años, muchos investigadores han desarrollado muchas explicaciones, teorías e incluso supersticiones sobre la peces migratorios. Pero estudios recientes y no tan recientes ya explican este mecanismo en los peces. Actualmente, se ha desarrollado el conocimiento sobre las migraciones y se sabe que el retorno anual de las poblaciones de peces depende de varias variables ambientales y físicas.

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Los primeros estudios de migración de peces en Brasil se llevaron a cabo en la década de 1950, donde se llevaron a cabo experimentos de marcado exitosos y a gran escala. Para realizar estudios de migración y conocer el comportamiento de las poblaciones de peces, el método de investigación más utilizado es el marcado, constituyendo una técnica imprescindible. También se pueden usar transmisores de radio, el primero de los cuales se usó en el salmón a fines de la década de 1950.

Actualmente, las técnicas de telemetría también se utilizan para monitorear el desplazamiento y determinar las áreas utilizadas por las especies, lo que ha respondido preguntas relacionadas con los patrones de comportamiento en una escala de tiempo más corta, optimizando no solo los resultados sino también los recursos destinados a estos estudios.

Las migraciones pueden ser diarias, estacionales y anuales, y suelen estar relacionadas con procesos reproductivos. Sin embargo, se sabe que también pueden estar relacionados con la disponibilidad de alimento, depredación y protección, además de buscar ubicaciones más adecuadas para la fisiología de la especie, como las condiciones ideales de temperatura.

Los peces migratorios se pueden clasificar:

  • Potamódromos: Son los peces que realizarán el proceso de migración solo en ambientes de agua dulce;
  • Oceandromes: Peces que migrarán en ambientes de agua salada;
  • Diadromes: Peces que realizan su proceso de migración en ambientes intermedios, que serían aquellos entre agua salada y dulce.
  • Anádromo: Son quienes llevarán a cabo el proceso de migración desde el mar a ambientes de agua dulce. Sin embargo, los organismos eclosionarán en un ambiente salino y para llevar a cabo su proceso de reproducción migrarán a ambientes límbicos (agua dulce).
  • Catadromes: Peces que migrarán de donde nacieron (agua dulce) y se reproducirán en ambientes de agua salina.

En la región amazónica, existe el proceso de migración para la reproducción conocido como piracema que en el idioma Tupi significa «peces que salen para desovar». Cuando los peces detectan que el ambiente es favorable, con buenas condiciones abióticas para la reproducción, inician el proceso de desplazarse en los ríos buscando zonas de desove, donde realizar y desovar. La fertilización de los peces migratorios es externa y la alta concentración de machos y hembras aumenta las posibilidades de fertilización en el medio ambiente. Durante este proceso, los peces migran a través de varios obstáculos como cascadas y depredadores naturales.

El salmón es uno de los peces más conocidos por los procesos migratorios. Estos peces realizan el proceso de migración desde los lugares donde nacen (ríos) y con cierto tamaño se dirigen hacia el mar donde reclutan con la población adulta, pero cuando son capaces de reproducirse pueden identificar los lugares donde se alimentan. nacieron con precisión y regresaron para desovar. En este proceso, pueden migrar cientos de kilómetros.

Hay peces que realizan migraciones que pueden durar meses. Una especie de anguila del Atlántico Norte, migra a las zonas de desove, donde libera los huevos fecundados en el medio ambiente, y este es transportado por las corrientes marinas (gran giro del Atlántico Norte) durante unos meses para favorecer los sitios de eclosión donde se minimiza la mortalidad. .

Viajar largas (o cortas) distancias alrededor del mundo, peces migratorios están movidos por un importante propósito: garantizar la supervivencia y continuidad de sus poblaciones.

En la naturaleza, es posible observar diferentes patrones migratorios que exhiben los animales: en el medio terrestre, podemos mencionar a los lemmings, que forman grandes grupos migratorios, mientras que en el aire, las aves representan la clase animal migratoria dominante, desplazándose largas distancias para escapar de las duras condiciones ambientales, reproducirse y buscar nuevas fuentes de alimento. En el medio acuático, los peces destacan como uno de los grupos migratorios más importantes, junto a grandes mamíferos como ballenas y delfines.

Varias especies de peces son conocidas por su comportamiento migratorio, entre las que destaca el salmón. Estos animales migran hasta 5500 km entre sus zonas de alimentación (en los océanos) y zonas de desove (en la cabecera de ríos y lagos), movimientos que se dan entre las costas este y oeste de los océanos Atlántico y Pacífico. Cuando inician su recorrido en ambientes de agua dulce, estos peces interrumpen su alimentación, utilizando únicamente las reservas de energía para encarar las corrientes ribereñas hacia el nacimiento de los ríos, donde depositan sus huevos. En algunos casos, el desgaste debido a tales migraciones es tan grande que algunas especies, como el salmón del Pacífico, mueren poco después del desove.

Salmón hacia el nacimiento del río. Foto: Sekar B / Shutterstock.com

Las distancias recorridas por los peces migratorios pueden variar: especies como el salmón, la trucha y el dorado se caracterizan por ser migrantes de larga distancia (más de 100 km), mientras que los lambaris, tabaranas y la mayoría de las especies tropicales de agua dulce recorren distancias más cortas (hasta 100 km). para desovar. Además, las migraciones que realizan los peces pueden ser estacionales, anuales o incluso diarias (verticalmente en la columna de agua). Si bien las grandes distancias no son el principal obstáculo para este último tipo de desplazamiento, las especies que migran verticalmente enfrentan cambios de densidad en la capa de agua, incluida la presencia de una termoclina.

¿Por qué migran los peces?

En general, los peces migran con fines reproductivos o alimentarios o para escapar de las duras condiciones ambientales y de los depredadores. En relación a los desplazamientos reproductivos, se puede mencionar a Piracema (en tupí, río arriba), un proceso que tiene una gran importancia biológica para los peces. Es durante esta migración que se desarrollan las gónadas sexuales (testículos y ovarios) y se produce la maduración de los gametos, por la influencia de dos factores: la disposición genética y parámetros abióticos como la luminosidad, la temperatura, la hidrología y la calidad del agua. Los estímulos ambientales también se consideran importantes desencadenantes de los procesos de vitelogénesis (incorporación de la yema a los óvulos femeninos) y ovulación de la especie.

En cuanto a la alimentación y escape de los depredadores, los científicos observaron migraciones diarias de algunas especies de peces, como una forma de potenciar la partición de nichos en un mismo ambiente, ya que diferentes especies podían utilizar los mismos recursos en diferentes momentos del día, además de utilizar la mayor/menor incidencia de la luz como estrategia para evitar depredadores. De esta forma, las migraciones alimentarias no estarían relacionadas exclusivamente con la escasez de alimentos.

Clasificación de los peces migratorios

La migración de peces es un fenómeno biológicamente complejo, para el cual se han adaptado diferentes estrategias. Así, en función del desplazamiento que realizan las especies, se pueden clasificar en:

  • anádromas: cuando permanecen en regiones marinas durante la mayor parte de su crecimiento y desarrollo (período de reclutamiento), regresando al ambiente de agua dulce para desovar (por ejemplo, salmón);
  • semianádromo (ej. peaje tenualosa): cuando tienen un ciclo similar a las especies anádromas, pero no ingresan a los ríos para desovar, lo que ocurre en las regiones menos salinas de los estuarios (estuario alto);
  • catádromos: cuando habitan ecosistemas de agua dulce durante la mayor parte de su ciclo de vida, migrando a áreas oceánicas durante la temporada de desove (ej. Mossambica de Anguila);
  • semicatádromo: caracterizado por el crecimiento y desarrollo (reclutamiento) en agua dulce, y el desove en áreas salinas de los estuarios (estuario bajo; ej.: calcífero tardío).

Los peces migratorios también se pueden clasificar como anfídromos, cuando se mueven entre ríos y océanos, independientemente de la temporada reproductiva (por ejemplo: sardinela melanura); pomatodromos, cuando sus movimientos están restringidos al agua dulce (p. ej. Tilapia); y, por último, oceanódromos, cuando las migraciones se restringen al medio marino (p. ej.: Lutjanus Colorado).

Historia y amenazas

En Brasil, los primeros registros científicos relacionados con la migración de peces fueron realizados entre 1927-1929 por Rodolpho Von Ihering, en el río Mogi Guaçu. En el mismo río, en la década de 1950, se realizaron nuevos marcajes a gran escala por parte de los ictiólogos Manuel Pereira de Godoy y Otto Schubart, en especies como el curimbatá y el dorado, entre otras. Desde entonces han surgido varias metodologías para registrar el flujo migratorio de peces, entre las que podemos mencionar la radiotelemetría, un sistema de seguimiento que transmite información a través de un radiotransmisor implantado en el pez.

Las migraciones consisten en eventos sumamente importantes y energéticamente costosos para los peces, los cuales, además de sortear numerosos obstáculos naturales, también necesitan enfrentar desafíos impuestos por el hombre, entre los que se destacan la fragmentación y pérdida de hábitat producto de los cambios antrópicos en el medio natural ( ej.: represas, construcciones, dragados, plataformas petroleras, etc.). La instalación de represas para crear embalses en centrales hidroeléctricas representa un grave problema para la ictiofauna brasileña, lo que llevó al gobierno a adoptar una serie de leyes con el fin de mitigar los efectos de estos emprendimientos sobre la biodiversidad. Entre estas, se ha vuelto obligatoria la implementación de sistemas de transposición en presas, que ayuden a asegurar la migración y, por tanto, la continuidad de las poblaciones de peces, que representan una importante fuente de alimentación e ingresos para las poblaciones ribereñas (pesca artesanal).

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