Written by Existen más de 150 “tipos” de dolores de cabeza con diferentes características. La migraña es uno de los tipos más frecuentes.
LA migraña se considera una enfermedad neurológica. Los estudios muestran que la migraña está relacionada con la herencia genética. Su característica es un dolor pulsátil o punzante, y puede clasificarse en moderado a severo.
Una crisis puede durar de 4 a 72 horas si no se trata adecuadamente.
Hay dos tipos de migraña. Migraña con aura y sin aura.
La migraña con aura es aquella que está precedida por signos focales aproximadamente 2 horas antes (o menos) de que comience el dolor en sí. Estas señales van desde la observación de rayos o puntos brillantes y / o luminosos (las llamadas “estrellitas”) hasta la pérdida parcial o total de parte del campo de visión.
Además de los signos focales, algunos síntomas típicos de la migraña pueden aparecer incluso días antes, entre ellos migrañas sin aura, como irritabilidad, dificultad de razonamiento y / o concentración, malestar en la cabeza, deseo de alimentos específicos como el chocolate, entre otros.
Según los neurólogos, la migraña está relacionada con algunos neurotransmisores como la serotonina. Cuando por algún motivo se produce un cambio en los niveles de estos neurotransmisores, la persona puede presentar no solo una migraña, sino también náuseas, vómitos, dolor abdominal, entre otros dolores, intolerancia a la luz (fotofobia) y / o ruido (fonofobia). .
Descubrir los factores desencadenantes de la migraña puede favorecer el tratamiento, pero no es una tarea fácil, ya que estos pueden ser:
– Sueño excesivo
– La privación del sueño
– Estrés
– depresión
– Cambios hormonales (menstruación en el caso de las mujeres)
– nerviosismo
– Alimentación
– Ansiedad
El diagnóstico de migraña lo realiza el médico, a través de la historia del paciente, y mediante una batería de pruebas, tanto físicas como neurológicas.
Estas pruebas son fundamentales para descartar la posibilidad de que la migraña sea síntoma de algo más grave, como por ejemplo un tumor.
En algunos casos se realiza un tratamiento preventivo, con medicación diaria, independientemente de que surja o no el dolor.
En otros, el tratamiento se realiza con analgésicos.
