(Latín poco, mortis)
Pérdida definitiva por parte de una entidad viviente (órgano, individuo, tejido o célula) de las propiedades características de la vida, provocando su destrucción.
BIOLOGÍA
A nivel celular, la inmortalidad, definida como la continuidad del funcionamiento vital, no es excepcional. La muerte de seres multicelulares organizados puede tener causas externas (depredación, inanición, accidente, enfermedad, cambio de ambiente, etc.) o internas (envejecimiento, aumento de la fragilidad de huesos, paredes arteriales, etc.). Existen las llamadas especies anuales que, cuando el clima tiene una mala estación (invierno, estación seca), mueren al inicio de esta estación desfavorable, dejando una descendencia de vida lenta (semillas, huevos). La muerte puede afectar solo a una parte del cuerpo: hojas de árboles, mudas de insectos y serpientes, duramen y corcho de árboles, etc. La renovación de la sustancia viva da como resultado la muerte diaria de muchas células en humanos y animales en general. La muerte por sí sola permite que la biosfera encuentre un lugar en un planeta que no está creciendo; solo ella hace posible la evolución biológica.
MEDICAMENTO
La muerte corresponde al cese de todas las funciones vitales, con el cese definitivo de toda la actividad cerebral. De hecho, con el avance de la reanimación y el trasplante de órganos, la definición de muerte y el reconocimiento de su realidad se han vuelto más complejos y precisos.
Muerte clínica o muerte aparente con paro respiratorio, paro cardíaco y suspensión de la conciencia, es una fase inicial que posiblemente sea objeto de reanimación cardiopulmonar y que, por tanto, al menos en determinadas situaciones, es potencialmente reversible. Debe distinguirse de otras situaciones de coma profundo (intoxicación, por ejemplo). Un estado de muerte aparente puede deberse a una hipotermia profunda, especialmente durante una avalancha o durante la inmersión en agua muy fría. Es probable que los cuidados intensivos de reanimación (masaje cardíaco, respiración asistida), prolongados durante varias horas, revivan a la persona, a veces incluso sin secuelas.
Muerte cardiaca sólo se puede afirmar en caso de contracciones insuficientes del corazón por insuficiencia ventricular (asistolia electrocardiográfica persistente) después del fracaso de todas las maniobras de reanimación cardiopulmonar y de la farmacoterapia adecuada.
Muerte cerebral, o coma excedido, corresponde al cese definitivo de toda la actividad cerebral, tronco encefálico incluido, con suspensión de toda actividad respiratoria espontánea y electroencefalograma plano. En un país como Francia, la muerte cerebral define la muerte legal.
Ver también : coma pasado, muerte súbita, síndrome de muerte súbita del lactante.
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