Mutualismo: que es, tipos y ejemplos

El mutualismo es una relación ecológica armónica e interespecífica que puede ocurrir de forma obligatoria u opcional.

El término mutualismo deriva del latín “mutar”, Que significa“ cambiar, cambiar de lugar, cambiar ”.

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Tiene el carácter alimentario, de protección o de transporte, en el que se favorece a ambas especies implicadas.

Es común que cada especie realice una función específica.

Tipos y ejemplos

El mutualismo se clasifica como obligatorio u opcional.

Mutualismo obligatorio

En el mutualismo obligatorio, también llamado simbiosis, las especies asociadas dependen permanentemente unas de otras, incapaces de sobrevivir sin la presencia del otro individuo. Este es el caso de determinadas especies de termitas y protozoos: los protozoos, que viven exclusivamente en el intestino de las termitas, digieren la celulosa que ingiere en la madera pero que es incapaz de digerir.

La micorriza, que es la asociación entre algunas especies de hongos y las raíces de ciertas especies vegetales, también es un caso de mutualismo obligatorio. Las hifas del hongo penetran en la raíz de la planta, obteniendo de ella azúcares como glucosa y sacarosa para su nutrición. A cambio, aportan a la planta agua y sales minerales que se extraen del suelo.

Los líquenes son otro ejemplo de este tipo de relación. En esta asociación conviven determinadas especies de algas o bacterias fotosintéticas y determinadas especies de hongos. Los hongos proporcionan a las algas o bacterias el agua y los nutrientes que absorben del medio ambiente, mientras que las bacterias o las algas les proporcionan los azúcares producidos en la fotosíntesis.

Los seres humanos también vivimos en asociación simbiótica con las bacterias que viven en nuestros cuerpos. Entre las funciones que estos desempeñan para nosotros se encuentran ayudar en la digestión y absorción de nutrientes, producción de vitaminas, ácidos grasos, omega-3, inactivación de toxinas, regulación de nuestro sistema de defensa y regulación del azúcar en sangre y presión arterial. A cambio, se garantizan, en nuestro organismo, alimento y refugio.

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Los líquenes están formados por algas y hongos.
Otro ejemplo son las micorrizas, una asociación entre hongos y raíces de plantas. Los hongos aumentan la capacidad de absorber sustancias por las raíces, a cambio proporcionan alimento para el hongo.

Mutualismo opcional

En esta asociación, las especies involucradas intercambian beneficios, pero pueden vivir separadas unas de otras. Un ejemplo clásico de esta relación es el caso de los crustáceos del género Pagurus, conocidos como cangrejos ermitaños y algunas especies de anémonas de mar.

El cangrejo ermitaño, a diferencia de otros cangrejos, no tiene un caparazón rígido en la región de su delicado abdomen. Para protegerse, ocupa conchas abandonadas por caracoles que suelen estar adheridos a las anémonas de mar. Refugiados en sus caparazones, los cangrejos se protegen de los depredadores, gracias a tentáculos dotados de células de anémona punzantes, que pueden quemarlos. Las anémonas, a su vez, son compensadas por la movilidad del cangrejo y también aprovechan sus restos de comida.

Cangrejo ermitaño. Foto: jbutcher / Shutterstock.com

Estos animales, aunque pueden vivir separados, a menudo se encuentran asociados.

Otro ejemplo de protocooperación se observa entre mamíferos como los capibaras (Hydrochoerus hydrochaeris), búfalos y rinocerontes y aves que se alimentan de garrapatas. Las aves, en los cuerpos de estos mamíferos, se alimentan de garrapatas, proporcionándoles la eliminación de estos parásitos que les causan molestias.

Los cocodrilos y las aves también pueden tener una relación similar: los cocodrilos permiten que estas aves entren en su boca para eliminar los escombros y las sanguijuelas, brindándoles comodidad y, para las aves, alimento.

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El mutualismo también se puede dividir en tres categorías generales: trófico, defensivo y dispersivo.

Mutualismo trófico

En el mutualismo trófico, cada una de las especies involucradas proporcionará los nutrientes necesarios a la otra.

Por lo general, cada individuo en esta relación es muy especializado y no puede sintetizar los nutrientes que necesita.

Por ejemplo, bacterias del género Rhizobium son capaces de extraer nitrógeno del suelo y nutrir las raíces de ciertas plantas. A cambio, las raíces proporcionan carbohidratos a las bacterias.

Mutualismo defensivo

En el mutualismo defensivo, una especie recibe alimento y, a cambio, ofrece protección contra los depredadores o parásitos de las otras especies asociadas.

Un ejemplo ocurre con las hormigas que defienden las bandadas de pulgones de sus depredadores a cambio del néctar que producen.

Las hormigas también hacen lo mismo con algunas plantas, protegiéndolas de los herbívoros a cambio de comida.

Mutualismo dispersivo

En el mutualismo dispersivo, los insectos, los mamíferos y las aves se relacionarán con las plantas, con el fin de obtener alimentos, como néctar y frutas. A cambio, dispersan el polen y las semillas, esparciéndolos a grandes distancias.

En el caso de los polinizadores, buscan el néctar de flores como fuente de agua y carbohidratos.

Sin embargo, este ejemplo puede involucrar relaciones muy específicas, como las de plantas a las que solo pueden llegar aves con picos largos, como los colibríes.

Obtenga más información sobre las relaciones ecológicas.

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