Nenúfar – Plantas –

Se le conoce con el nombre de victoria Regia una de las plantas acuáticas más grandes del mundo. De aspecto exuberante y ornamental, pertenece a la familia Nymphaeceae y es originario de la región amazónica. Tiene hojas enormes y circulares que pueden alcanzar hasta 2,5 metros de diámetro. Sus bordes alcanzan los 10 cm y revelan un envés espinoso y rojizo. También tiene una notable capacidad de flotabilidad, debido a una red de nervaduras gruesas y compartimentos de aire en su cara interior. La superficie de la hoja tiene una intrincada red de canales para el flujo de agua, lo que también ayuda en su capacidad de flotar, incluso en lluvias intensas.

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Victoria Regia. Foto: Grigory Kubatyan / Shutterstock.com

El nenúfar depende mucho de las crecidas del río Amazonas para su supervivencia, pues a medida que sube el agua, también crecen sus tallos (pecíolos), que son muy largos, alcanzando hasta cinco metros de longitud. El alto nivel del agua permite que la planta viva unos dos años. Si las aguas permanecen bajas, la planta no puede sobrevivir.

Los pueblos indígenas locales lo conocen con los nombres de Uapé, Iapucacaa, Aguapé-assú, Jaçanã o Nampé; los indios guaraníes todavía lo llaman Irupé. Su nombre más popular, sin embargo, proviene de la iniciativa de un investigador inglés que tomó las semillas para plantarlas en los jardines del palacio real de Londres. Allí, la planta recibió el nombre de Vitória, en honor a la famosa reina de finales del siglo XIX.

Además de su destacada belleza y perfume, la raíz del nenúfar es un tubérculo similar a la mandioca (ñame), rico en almidón y minerales, por lo que es muy consumido por los lugareños. Su cultivo es delicado, y su desarrollo solo ocurre en medio del calor ecuatorial, teniendo todavía poca tolerancia al frío. Sus flores florecen en los meses de enero y febrero, y duran solo 48 horas, abriéndose solo por la noche y mostrando colores blancos el primer día y rosados ​​el segundo y último día, con varias capas de pétalos. Sus pétalos pueden llegar hasta los treinta centímetros de diámetro y, en medio de ellos, hay un cogollo circular donde se ubican una gran cantidad de semillas, que serán depositadas en el fondo de las aguas, cada mes de agosto. Al recibir la acción de los rayos del sol, se entierran en el barro y se endurecen. Estas semillas son fuente de alimento para los indígenas y también para las aves de la región. Estos últimos, por cierto, son los encargados de esparcir las semillas del nenúfar, perpetuando así su existencia.

Bibliografía:
PATRO, Raquel. Victoria regia – Victoria amazonica. Disponible en: . Consultado en: 10 dez. 2012.

VAINSENCHER, Semira Adler. Victoria Regia. Disponible en: . Consultado en: 10 dez. 2012.

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