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Otto von Bismarck, militar y político prusiano, nació en 1815 en Schönhausen.
Bismarck unificó los estados alemanes y construyó las bases del Segundo Imperio Alemán que duró desde 1871 hasta 1918.
Se hizo conocido como «Canciller de Hierro» debido a su política implacable contra sus oponentes.
Biografía
Otto von Bismarck nació en una familia de Junkers, los llamados terratenientes ricos. Con la intención de ser diplomático, estudió Derecho en las Universidades de Göttigen y en la Universidad Humbolt de Berlín.
Entró en la política a través de círculos conservadores y fue embajador de Prusia en el Imperio Ruso y Francia. En 1862, el rey de Prusia, Guillermo I, lo nombró primer ministro y Bismarck se dedicó a forjar la unificación de los estados alemanes.
Realpolitk
El término alemán «Realpolitik» designaba una corriente política europea del siglo XIX.
La realpolitik, o realismo político, se basa en el principio de que la política debe estar libre de principios ideológicos y morales. El fin político de un estado es garantizar su propia paz y orden, incluso si es necesario hacer la guerra.
Lejos de ser contradictorias, estas ideas ya habían sido expresadas en el siglo XV por Nicolau Machiavelli en su libro «El Príncipe».
Bismarck desconfiaba de las ideas liberales de su época como sufragio universal, mayor poder de decisión en el Parlamento y libertad de prensa. Por eso, practicó lo que se llamó “Realpolitik”.
Una de las frases que resume bien su personalidad política es «La libertad es un lujo que no todo el mundo puede permitirse».
Así, al ser nombrado primer ministro, Bismarck disuelve el Parlamento, decreta la censura de periódicos y comienza a promover la unificación alemana a «hierro y sangre».
Unificación alemana
Coexistieron dos ideas para unificar los 39 estados alemanes. El primero fue defendido por Austria, Gran Alemania, que uniría también a varios pueblos del Imperio austríaco como húngaros, eslovacos y checos.
El segundo sería la idea de «Pequeña Alemania». Esta propuesta consistía en reunir únicamente a los estados de habla alemana, bajo el dominio del rey prusiano, y sin la participación del Imperio austríaco.
En este momento, la Confederación de Alemania del Norte promovió la unificación de sus costumbres y moneda a través de Zollverein.
Esta política consistió en eliminar diferentes tipos y monedas para cada pequeño estado alemán para una sola aduana y moneda.
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Guerras
Para convencer a los estados alemanes de unirse al proyecto prusiano, Bismarck recurrió a la propaganda política de carácter bélico. Siempre insistió en los “valores militares” alemanes a expensas de los valores artísticos o humanísticos, por ejemplo.
De esta forma, provoca sucesivas guerras con Dinamarca, Austria y Francia. Estos conflictos desarrollan la creciente industria pesada alemana convirtiéndola en la mejor del mundo.
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La guerra contra Francia fue sin duda la más importante. El Segundo Imperio Alemán fue proclamado en el corazón de Versalles, Francia ordenó pagar daños y perjuicios y entregar importantes regiones ricas en carbón.
Aunque la victoria alemana fue indiscutible, esto provocaría un fuerte sentimiento anti-alemán en los franceses, que culminaría en la Primera Guerra Mundial.
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Fin de carrera
Por sus servicios al Reino de Prusia y al Imperio Alemán, Otto von Bismarck recibió títulos nobles de conde, príncipe y duque.
Durante el reinado de Guillermo I, Bismarck disfrutó de toda la confianza del monarca. Sin embargo, después de su muerte y el ascenso del heredero, Guillermo II, en 1888, las políticas de Bismarck chocaron con las del nuevo soberano.
El canciller se ve obligado a dimitir en 1890 y se retira a su finca. Allí escribiría sus memorias, «Pensamientos y reminiscencias», que serían publicadas tras su muerte en 1898.
