Tabla de contenidos
(Griego odzein, exhala un olor)
Gas tóxico de color azulado, oloroso, de muy poder oxidante, formado por tres átomos de oxígeno (O3).
El ozono está presente de forma natural en la atmósfera superior, donde se forma mediante una reacción fotoquímica. También es producido por chispas eléctricas y reacciones químicas frías que liberan oxígeno. En la atmósfera inferior, es un contaminante tóxico para animales y plantas. En la estratosfera, por otro lado, forma una capa protectora de vida en la Tierra, que absorbe la radiación ultravioleta del Sol.
1. Propiedades físicas y químicas
El ozono es un gas azul, de olor fuerte y penetrante, peligroso para respirar y más oxidante que el oxígeno. Con una densidad de 1,66, se licua a – 112 ° C, dando un líquido azul índigo, extremadamente inestable. Oxida en frío el yodo y casi todos los metales, incluidos el mercurio y la plata; desplaza el cloro, el bromo y el yodo de sus combinaciones con hidrógeno o metales; oxida al máximo los ácidos de azufre, fósforo y arsénico; también destruye la materia orgánica (corcho, caucho) por oxidación. Por otro lado, con varios compuestos orgánicos insaturados, da compuestos de adición inestables, ozónidos.
2. Usos
El ozono se utiliza, por su poder oxidante y bactericida, para desinfectar el aire en ambientes cerrados, esterilizar agua, blanquear textiles, envejecer vino y madera. En el tratamiento de heridas (ozonoterapia), se aplica a chorro o en solución acuosa, en una o varias veces según el resultado obtenido. Se utiliza para la preparación de aceites secantes y para la síntesis de determinadas esencias vegetales.
3. Ozono atmosférico
3.1. El ozono estratosférico y los beneficios de la capa de ozono
El ozono juega un papel fundamental en los equilibrios del medio terrestre. El 90% del ozono atmosférico se encuentra en altitudes entre 20 y 50 km. Este » capa de ozono Explica la existencia, en estas mismas altitudes, de una región de gran estabilidad frente a los intercambios verticales, la estratosfera. Aunque es un componente minoritario de la atmósfera (su concentración relativa máxima observada a 25 km de altitud no supera las 5 a 6 millonésimas en volumen), el ozono es el único absorbente de radiación solar ultravioleta de longitudes de onda entre 240 y 300 nanómetros. Esta absorción permite el mantenimiento de la vida animal y vegetal en la Tierra, al eliminar las radiaciones de longitudes de onda cortas que pueden destruir las células de la materia viva e inhibir la fotosíntesis. Esta es la razón por la que ha habido una gran preocupación desde la década de 1980 por el daño a la capa de ozono estratosférico por las actividades humanas.
3.2. El ozono a nivel del suelo y sus efectos nocivos en los seres vivos
En altitudes inferiores a 10 km, los contenidos de ozono son muy bajos, del orden de 0,03 millonésimas. Pero, a diferencia de su papel beneficioso en la estratosfera, el ozono actúa cerca del suelo como oxidante que interrumpe la fotosíntesis y puede causar daños a las plantas (manchas marrones en las hojas correspondientes a necrosis). En áreas de alta contaminación, donde los niveles pueden ser mucho más altos, el ozono afecta directamente la salud humana, especialmente en el sistema respiratorio y membranas mucosas. El ozono es irritante para los pulmones, provocando tos, dificultad para respirar y, a veces, incluso edema pulmonar. El tratamiento después de una fuerte inhalación consiste en un reposo estricto, supervisado por un médico.
La cantidad de ozono contenida en la atmósfera se expresa por el «espesor reducido», es decir el espesor vertical de una columna donde se recogería todo el gas, espesor reducido a la temperatura ya la presión normal. En promedio, este espesor es de 2,5 mm.
4. El agujero de ozono
4.1. El descubrimiento del agujero de ozono
En 1985, científicos británicos informaron por primera vez de la existencia de un «agujero» en la capa de ozono, o más exactamente un reducción significativa del espesor de la capa de ozono sobre el Polo Sur. La atmósfera superior de esta región resulta ser el escenario de un ciclo frenético de destrucción del ozono. Durante el invierno polar, la formación de un vórtice de aire estratosférico aísla la atmósfera antártica del resto del hemisferio sur. La temperatura de la estratosfera puede descender a -85 ° C, lo que lleva a la formación de nubes de hielo. Estas nubes polares fijan el cloro presente en la estratosfera en forma de ácido clorhídrico (HCl) y nitrato de cloro (ClONO2). En la primavera austral, cuando reaparece el Sol, en septiembre y octubre, su radiación provoca la disociación del cloro por reacción fotoquímica. Entonces se produce una verdadera reacción en cadena: cada átomo de cloro liberado puede destruir hasta 100.000 moléculas de ozono. Este proceso continúa hasta noviembre y reduce el grosor de la capa casi a la mitad. Luego, el Sol calentó la atmósfera lo suficiente como para disipar las nubes estratosféricas. El vórtice polar que confinaba el agujero de ozono desaparece y el aire de latitudes medias rico en ozono vuelve a infiltrarse en la estratosfera antártica. En el Polo Norte, no estamos asistiendo realmente a la formación de tal «agujero» en la capa, sino a déficits de ozono localizados que se manifiestan desde 1991. Esto se explica por la circulación de aire, muy diferente a la de la Antártida, y por temperaturas invernales más suaves.