(Palabra del noreste, francés antiguo culpa, fallar, fallar)

Rotura dentro de las capas geológicas, acompañada de un desplazamiento lateral o vertical (llamado rechazo) de los bloques separados.
Observación y amplitud de fallas

Los marcadores de origen tectónico (como estrías o surcos) se encuentran en el plano de fractura (o espejo de falla). Proporcionan información sobre el movimiento relativo de los dos compartimentos. La dirección y la dirección del movimiento se conocen por el desplazamiento de las marcas de referencia pertenecientes a cada uno de los bloques. Así podemos evaluar la duración del desplazamiento (o rechazo).


Una descarga vertical varía del orden de un centímetro a diez kilómetros; un rechazo lateral (o retroceso) puede llegar a cientos de kilómetros: es un empujón. La longitud de una falla puede limitarse a unos pocos centímetros o continuar por una distancia de alrededor de mil kilómetros (falla de San Andrés).
Clasificación de fallas

La clasificación de fallas se realiza según inclinación del plano de falla (falla vertical u oblicua) y el sentido movimientos producidos.
• La falla normal corresponde a una separación de los bloques y, en consecuencia, a una tectónica distendida como la que se encuentra al nivel de una grieta (→ zanja de colapso) o de una dorsal oceánica.
• La falla inversa o superpuesta hace que los cantos rodados se junten, lo que indica tectónica compresiva, como en las cadenas montañosas de subducción o colisión.
• La falla transformadora produce solo un deslizamiento horizontal en cuanto a las fallas que se cruzan con las dorsales oceánicas.
La actividad sísmica generalmente está relacionada con una falla establecida tanto en profundidad como en la superficie (→ sismología).
De arrugarse a romperse

Cuando una fuerza supera cierta intensidad, bajo tensión, una roca comienza a deformarse elásticamente (cuando cesa la fuerza, la roca vuelve a su estado original). Entonces la roca se deforma permanentemente (como plastilina). Finalmente, se rompe cuando se alcanza el punto de ruptura.
Sobre estos fenómenos actúan diferentes factores: cuando la temperatura y la presión aumentan (con la profundidad), la deformación es más dúctil, menos frágil y los pliegues son más frecuentes. Por el contrario, en la superficie, la tensión hace que la roca se rompa. La duración del estrés también actúa: un tiempo prolongado (durante millones de años) permite una mayor deformación plástica. Finalmente, entra en juego la naturaleza de las rocas: la arcilla es más dúctil que la caliza compacta.
Escarpe de la falla
El escarpe de la falla es la forma estructural por la cual una falla puede expresarse en el relieve. Dependiendo de la naturaleza de la relación que tenga un talud topográfico con la estructura, podemos distinguir:
• el escarpe de la falla original que es la traducción directa en el relieve del juego relativo de dos bloques;
• la escarpa de la línea de falla que es una forma derivada debido al trabajo de erosión diferencial correspondiente a un plano de contacto entre rocas desigualmente resistentes;
Si las rocas más blandas están en el lado del bloque elevado, su despeje dará como resultado la aparición de un escarpe de línea de falla. revés rejuvenecido ; De lo contrario, la pendiente tendrá el mismo aspecto que la falla y se definirá como un escarpe. rejuvenecido directo.