Papa Benedicto III – Biografía

Benedicto III fue el Papa número 104 en la historia de la Iglesia Católica.

Nacido en el año 810 en Roma, bento era un hombre religioso, pero pacífico. Sin embargo, tenía una buena reputación entre los católicos. Fue por esta razón que terminó convirtiéndose en Papa. Aunque no deseaba ocupar tal cargo, el pueblo lo eligió para ser el Papa sucesor de León IV. Benedicto tomó sus días como de costumbre y estaba orando en su iglesia el 29 de septiembre de 855 el pueblo apareció y lo buscó en procesión para asumir el cargo de Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. Aunque reacio, Benedicto cedió al deseo popular y se convirtió en el Papa Benedicto III.

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En el momento de la designación de Benedicto IIIla Iglesia católica había superado recientemente un cisma que volvía a amenazar, ya que el Antipapa Anastasio III, que había sido destituido por León IV, contó con el apoyo del conde de Vubbio. La situación era realmente preocupante, tanto que Benedicto III fue encarcelado, maltratado y despojado de sus insignias. Anastasio III ya era persona non grata entre los romanos desde el papado de León IV, su reputación solo empeoró cuando encarceló al papa elegido por el pueblo. Anastasio fue apoyado por el poder de guerra del Conde de Vubbio, pero no pudo contener el descontento del pueblo romano, que derrotó al Conde ya su antipapa. La acción del pueblo fue intensa, demostrando la capacidad de organización popular en torno a temas religiosos durante el siglo IX.

Benedicto III era sereno y humilde. Reanudó su cargo y ejerció su cargo con inteligencia y vitalidad. Los cronistas destacan la dulzura con que trataba a todos. Su personalidad lo hizo bien considerado incluso por los griegos.

Además de estar encarcelado durante algún tiempo, su papado también fue breve. Retomar el liderazgo de la Iglesia Católica fue su mayor señal, otorgada por el pueblo. Aunque se convirtió en Papa sin su testamento, tenía energía para los asuntos religiosos.

Hay una leyenda medieval sobre la coronación de una mujer para dirigir la Iglesia Católica, el Papa Juana. La leyenda aparece por primera vez en documentos del siglo XIII diciendo que habría ocupado el cargo entre León IV y Benedicto III. Sin embargo, investigaciones recientes muestran que no ha habido interrupción en la sucesión de papados ni espacio para que una mujer dirija la Iglesia. Por tanto, es más probable que el Papa Juana sea una sátira antipapal surgida en el contexto de la crisis de la década de 850.

Benedicto III sucedió a León IV y ejerció su papado durante tres años, apoyado en gran parte por el pueblo. Murió el 17 de abril de 858, ya célebre por ser un santo, y le sucedió Nicolás I.

Fuentes:
FISCHER-WOLLPERT, Rudolf. Los Papas y el Papado. Petrópolis: Editora Vozes.
DUFFY, Eamon. Santos y pecadores: Historia de los Papas. São Paulo: Cosac & Naify, 1998.

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