Papa Benedicto XVI (Joseph Ratzinger)

El 16 de abril de 1927, un sábado de aleluya, nació el cardenal Joseph Ratzinger, O Papa Bento XVI, en la provincia de Marktl am Inn, Diócesis de Passau, Alemania. Educado en una familia campesina convencional, hijo de un jefe de policía y un ex cocinero, sirvió en el ejército alemán en los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial. Estudió, de 1946 a 1951, en la Universidad de Munich, en los cursos de Filosofía y Teología. En 1953 se doctoró en teología defendiendo la tesis titulada “Pueblo y casa de Dios en la doctrina de la Iglesia de San Agustín”. Cuatro años después, fue autorizado a impartir la docencia con la disertación “La teología de la historia en São Bonaventura”, asistido por el profesor de teología Gottlieb Söhngen.

Su sacerdocio fue consagrado el 29 de junio de 1951 y, un año después, inició su labor como maestro en la Escola Superior de Freising. Como médico, siempre enfatizó en sus clases la cuestión de los dogmas y los fundamentos de la teología. Son muchas las historias que cuestionan su participación en la guerra, incluso implicando una implicación con el nazismo. En concreto, solo su participación en las filas del ejército de Hitler. Ratzinger afirma, en su autobiografía “Marco: Memórias: 1927-1977”, que él y su hermano fueron atraídos por las Juventudes Hitlerianas, un grupo de naturaleza paramilitar, fundado en 1992, en Baviera, lugar de nacimiento del Papa; sus miembros vestían un uniforme similar a los que usaban los partidarios del Partido Nazi. Este detalle fue el que provocó la mayor controversia en los medios cuando se recopilaron datos sobre el pasado de Ratzinger.

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Su viaje a Roma comenzó en 1962, tan pronto como llegó al Vaticano y se convirtió en asesor del cardenal Joseph Frings, también alemán. Desde muy temprano, a los 35 años, ganó protagonismo en el ámbito teológico. Ascendió en los círculos eclesiásticos cuando condenó en sus discursos, en 1968, el marxismo y el ateísmo, que se expandían en los círculos juveniles de todo el mundo. Joseph Ratzinger también tiene otras caras, como la del pianista, y la del escritor. En 1977 fue elegido arzobispo de Munich y Freising por el Papa Pablo VI; poco después, en mayo, se convirtió en el primer sacerdote diocesano, en ochenta años, en ser consagrado Ministro Pastoral de la Gran Diócesis de Baviera. Ese mismo año ganó el cargo de cardenal.

Joseph Ratzinger participó en dos cónclaves papales: ayudó a elegir al Papa Juan Pablo I y, después de su muerte, fue uno de los cardenales que eligió al Papa Juan Pablo II, para quien sería nombrado Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. – institución suplente de la Inquisición – y presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional, el 25 de noviembre de 1981.

Durante su paso por el Vaticano, en un principio se destacó como liberal, especialmente durante su actuación en el Concilio Vaticano II, de 1962 a 1965. Durante este período, se llevaron a cabo discusiones que contribuyeron a la actualización de la Iglesia. Este Concilio fue considerado un hito en la historia más actual del catolicismo: en este momento la liturgia latina ya no era obligatoria y la mujer ganó un estatus dentro del matrimonio. Los hechos de 1968, sin embargo, cambiaron la postura del cardenal, transformándola en una actitud más tradicional y rígida, para preservar la fe frente al materialismo que se acentuaba.

El primer paso fue combatir la Teología de la Liberación, representada en Brasil por Frei Leonardo Boff, condenado por su antiguo maestro a un reclusión silenciosa durante un año, por sus ideas marxistas.

Ratzinger y el Papa Juan Pablo II fueron socios en sus concepciones, principalmente en la creencia de que era necesario recuperar la doctrina eclesiástica y la teología convencional. Con su muerte, el cardenal finalmente se convirtió en Papa, alcanzando el apogeo de su carrera.

A sus 78 años, tiene una inteligencia envidiable, un ardor incomparable en la defensa de sus creencias y es incansable en mantener sus puntos de vista tradicionales, que atraen a otros conservadores y conmocionan a los liberales y seguidores de otras religiones. Es un maestro en la creación de controversias, como la que involucró en 2000 en el documento Dominus Iesus, en el que condenó a otras religiones cristianas, considerándolas incapaces de asumir la condición de iglesias.

Recientemente, retomó este discurso, ya como Papa, y llamó sectas a estas religiones. También hubo un incidente internacional que involucró a musulmanes, tras un discurso de Benedicto XVI, que desató protestas en todo el universo islámico, algunas incluso muy violentas.

Benedicto XVI también volvió sus armas verbales contra la homosexualidad, los matrimonios homosexuales, el feminismo, los métodos anticonceptivos, las discusiones sobre el celibato sacerdotal y la participación de la mujer en la Iglesia, entre otros sectores sociales. Solo el futuro dirá lo que su papado nos depara, pero sus posiciones recientes no nos permiten prever, en los próximos años, una apertura en la Iglesia católica.

El 28 de febrero de 2013, Benedicto XVI renunció. Leer más en: La renuncia del Papa Benedicto XVI.

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