Papa Juan Pablo I (Albino Luciani)

O Papa Juan Pablo I, título con el que posteriormente se consagraría, nació el 17 de octubre de 1912, en la ciudad de Forno de Canale, en Belluno, Italia. Fue bautizado con el nombre de Albino Luciani, el mismo día en que nació, ya que sus padres temían que no pudiera vivir.

Proveniente de una familia pobre, era hijo de Giovanni Luciani, socialista, trabajador que trabajaba en una fábrica de vidrio, muchas veces obligado a buscar trabajo en países vecinos; y la devota católica Bertola, quien inspiró su deseo de seguir la vida eclesiástica. Así, tomando este camino, Albino se convirtió en sacerdote en 1935, después de completar su formación en un seminario gregoriano. Su ordenación tuvo lugar en la Iglesia de San Pedro de Belluno; poco después se hizo cargo de la parroquia de Canale d’Agordo, pero pronto la abandonó para enseñar religión en el Instituto Técnico para Mineiros, donde ya se observaba su carisma y popularidad, nacido principalmente de su cautivadora sonrisa. En 1937 se convirtió en vicerrector del Seminario en el que estudió, cargo que ocupó hasta 1947.

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Ese mismo año, el 27 de febrero, se doctoró en Sagrada Teología en la Universidad Gregoriana de Roma, defendiendo la tesis titulada El origen del alma humana según Antonio Rosmini. Muy humilde y devoto de la idea de salvar a la humanidad, no tenía pretensiones; aun así fue nombrado obispo por Juan XXIII, el 15 de diciembre de 1958; y nombrado Patriarca de Venecia por Pablo VI el 15 de diciembre de 1969, tratando de mantenerse alejado de las discusiones políticas internas en el Vaticano. Albino también participó en el Concilio Vaticano II, celebrado en 1962 por el Papa Juan XXIII para discutir la adaptación de la Iglesia a la modernidad.

Papa Juan Pablo I.Foto: vía Wikimedia Commons

Papa Juan Pablo I.Foto: vía Wikimedia Commons

El 5 de marzo de 1973 recibió un nuevo ascenso, esta vez a Cardenal, por invitación de Pablo VI. A los 65 años se sorprende de ser elegido nuevo Papa, derrotando al cardenal ultraconservador Giuseppe Siri, considerado hasta entonces por los medios de comunicación como el ocupante más probable del trono de San Pedro, por 99 votos contra 11. Tan sorprendido estaba Albino, que su La primera reacción habría sido rechazar el puesto, pero el cardenal holandés Johan Willebrands, a su lado en la Capilla, habría convencido al nuevo Papa de lo contrario. Elegido, Luciani adopta el nombre de Juan Pablo I, el primer Papa en elegir un título compuesto, para honrar a los que le precedieron, Juan XXIII y Pablo VI.

Su dulzura, extrema afabilidad y tierna sonrisa incansable le valieron el apodo de ‘Papa Sorriso’. El poco tiempo que pasó en el pontificado indicaba una intensa humildad, un malestar con el lujo del Vaticano – incluso rechazó la coronación papal, que era opcional, y el transporte en literas, momento en el que se vio obligado a ceder -, y la intención de realizar reformas profundas en la Iglesia, a partir de la propia sede del papado. Murió antes de cualquier intento, en la madrugada del 28 de septiembre de 1978, entre las 23:30 y las 4:30 de la mañana, en sus dependencias, en el Palacio Apostólico del Vaticano.

Su tan corta estancia en el Vaticano motivó numerosas tesis sobre la causa real de su muerte, que aún no se ha determinado oficialmente. La prohibición de realizar una autopsia al cuerpo de un Papa muerto impidió el total esclarecimiento de las verdaderas razones de la muerte de João Paulo I. El misterio se ve reforzado por la rapidez con la que el cuerpo fue embalsamado, sin compromiso en la búsqueda de más detalles, que contrastan con la veracidad de los registros sobre la muerte de Pablo VI. Así, es difícil no pensar en una muerte sospechosa, quizás por envenenamiento, ya que el Papa parecía disgustar a la Curia romana, más preocupada por oponerse a los ideales socialistas, luego creciendo entre el clero en diferentes partes del globo. La elección de Juan Pablo II como su sucesor parece dar aún más luz a esta tesis, ya que este miembro conservador de la Iglesia se opuso a su antecesor, tanto en política como en temas como el aborto, el uso de anticonceptivos, entre otros.

Luciani había estado en contacto con varios especialistas en reproducción humana, con pensadores y seguidores de las más diversas religiones, intentando así repensar las posturas convencionales de la Iglesia católica. El polémico periodista de investigación David Yallop, en su libro En el nombre de Dios, asegura reunir evidencias y fuentes que lo autorizan a considerar antinatural la muerte de Juan Pablo I, es decir, el resultado de un asesinato bien planeado, en el que Habrían participado, entre otros, el cardenal Jean Villot, la mafiosa siciliana Michele Sindona, el cardenal estadounidense John Cody, entonces líder de la Arquidiócesis de Chicago, y el entonces presidente del Banco del Vaticano, el obispo Paul Marcinkus, así como seguidores de la Logia Masónica P2.

Lamentablemente, de una forma u otra, la personalidad humilde e innovadora del ‘candidato de Dios’, como lo llamó uno de los cardenales, no permitió que fuera aceptado por el gobierno de la Santa Sede, pero el perfil de auténtico discípulo de Jesús, sumado a su singular sonrisa, dejaron su imagen grabada para siempre en la memoria popular. Quizás la Humanidad, o al menos la poderosa élite que gobierna el Planeta, aún no estaba preparada para recibir un ser con tan alta espiritualidad.

Fuentes
http://en.wikipedia.org/wiki/Papa_Jo%C3%A3o_Paulo_I
http://www.imagick.org.br/pagmag/turma2/joaopaulo1a.html

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