Parásitos facultativos

El parasitismo se define como una interacción en la que un organismo parásito obtiene recursos a través de uno o varios huéspedes, causando daños y reduciendo su aptitud. Esta interacción puede ser necesaria para algunas especies de parásitos, llamados parásitos obligados. En este caso, el parásito no puede completar su ciclo de vida fuera de un huésped adecuado, necesitándolo para alcanzar la madurez y reproducirse. En otras especies de parásitos, la interacción es facultativa, por lo que los individuos no necesariamente necesitan un huésped para sobrevivir y completar su ciclo de vida.

parásitos facultativos, por tanto, pueden tener dos hábitos de vida, sobreviviendo tanto dentro de un organismo huésped (hábito de vida parasitaria) como fuera de él (hábito de vida libre). En ambos casos son capaces de reproducirse y obtener nutrientes. La elección de parasitar un organismo huésped depende de las condiciones ambientales, como la disponibilidad de nutrientes, y también de las características del huésped. Algunos estudios también señalan que el estado interno del parásito individual contribuye a la infección, ya que en ambientes muy variables puede ser ventajoso que los parásitos presenten ambas formas de vida.

Las larvas de moscas pertenecientes a la familia Sarcophagidae son ejemplos de parásitos facultativos. De tamaño mediano (entre 6 y 16 mm) y color gris, el género sarcófago presenta hembras larvíparas que depositan sus huevos sobre materiales en descomposición como cadáveres y materia orgánica, mostrando hábitos de vida libre. El hábito saprófago/necrófago observado en las larvas las convierte en importantes descomponedoras de materia orgánica animal. También les da importancia forense cuando se desarrollan sobre cadáveres humanos resultantes de delitos, por ejemplo, ayudando a estimar el tiempo transcurrido después de la muerte. En algunos casos, las moscas pueden depositar huevos en la epidermis, úlceras y heridas del cuerpo humano, provocando miasis y presentando un hábito de vida parasitario.

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Mosca de la familia Sarcophagidae. Foto: ViniSouza128 / Shutterstock.com

Otros ejemplos de parásitos facultativos se pueden observar en varias especies de hongos, como el género armilar. Estos organismos pueden vivir en forma de parásitos en árboles maduros, alimentándose de sus nutrientes, y también como organismos de vida libre al alimentarse de árboles en descomposición después de la muerte. Por lo tanto, pueden considerarse agentes importantes en el ciclo de los nutrientes del suelo, contribuyendo a la descomposición de la materia orgánica. Lo mismo se observa en plantas del género Rinantoque son capaces de crecer independientemente de un huésped, pero pueden exhibir la forma de vida parasitaria en algunas situaciones.

El cleptoparasitismo a veces puede considerarse como un parasitismo facultativo. Este tipo de interacción se define como el robo de alimentos previamente recolectados o procesados ​​por otro individuo huésped. Un ejemplo común se ve en las especies de hiena manchada (crocuta crocuta), conocido por asustar a los leopardos y leones de sus presas recién muertas para aprovechar los restos de comida. También es común observar casos de cleptoparasitismo y, en consecuencia, parasitismo facultativo en la interacción entre aves rapaces. Los caracaras (plancus caracara) son perfectamente capaces de obtener su propio alimento mediante la caza, pero en determinadas zonas de escasez de alimento es preferible presentar hábitos parasitarios y robar presas cazadas por otras especies de depredadores.

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