Pasivos ambientales – Ecología –

En el área de la economía, los términos Activos y Pasivos son términos muy comunes, y los Activos se refieren a los activos o derechos que posee una empresa. Los pasivos son las deudas y obligaciones de la empresa. Con los cambios en las concepciones de la empresa y el surgimiento de la sostenibilidad corporativa, la pasivos ambientales también se consideran los recursos y obligaciones ambientales que genera la empresa.

Los activos y pasivos ambientales también pueden ser utilizados por las empresas para demostrar sus inversiones en sustentabilidad y también para generar programas y acciones que reduzcan los impactos ambientales.

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Cualquier actividad productiva independientemente de su naturaleza, genera extracción de recursos y con ella algún tipo de impacto en el medio ambiente. Actualmente, el factor medioambiental forma parte del proceso de gestión de las entidades, influenciado por la aparición del concepto de Responsabilidad Social Corporativa.

Los pasivos ambientales no solo se refieren a la degradación ambiental, sino que incluyen cualquier obligación asumida por la empresa de manera voluntaria o involuntaria para preservar, recuperar y proteger el medio ambiente. Así, cualquier obligación que beneficie al medio ambiente en el que se utilizan los recursos de forma sostenible, constituye el pasivo ambiental.

La inclusión de los pasivos ambientales en la contabilidad empresarial está relacionada con el surgimiento del concepto moderno de empresa, a fines del siglo XIX, con la negación del concepto de propiedad ilimitada y absoluta para la función social de la propiedad. De esta manera, se insertan obligaciones sociales, apuntando a la implementación de transformaciones sociales (ARAUJO, 2008).

Surge así el concepto de Responsabilidad Social Corporativa – RSC, un concepto reciente y multidisciplinar que significa la actitud de la empresa hacia valores sociales como: los derechos humanos, el trabajo y el medio ambiente.

La empresa puede tener una política de responsabilizarse de sus obligaciones y tomar la iniciativa para reducir o mitigar los daños causados ​​al medio ambiente. O puede rendir cuentas cuando se reclama a través de la comunidad externa, cuando sus actividades operativas lo afectan. Existen organismos reguladores como CETESB que inspeccionan y cobran a las empresas por ajustes o incluso multas en función de la gravedad del problema causado al medio ambiente.

Así, la empresa debe buscar invertir en la gestión ambiental, comprando tecnologías limpias y destinando parte de sus ganancias a entidades o programas sociales. Todo esto debe ser informado en sus informes anuales.

La gestión ambiental permite a la empresa cumplir con las leyes y regulaciones ambientales, evitando multas; desarrollar y utilizar tecnologías limpias que reduzcan las emisiones de desechos al agua, el aire y el suelo, además de ahorrar energía y materiales; Reducir los riesgos para el medio ambiente y para el hombre. Cada vez son más las empresas que invierten en sostenibilidad y asumen sus responsabilidades medioambientales, que son mejor vistas por los grupos de interés y tienen posibilidades de seguir en el mercado.

Referencia:

ARAÚJO, GF Estrategias de sostenibilidad: aspectos científicos, sociales y legales: contexto global: visión comparada. 1ª ed. São Paulo: Editora Letras Jurídicas, 2008.

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