pastilla hipnótica o para dormir –

Sustancia farmacológica capaz de inducir el sueño.

Los hipnóticos están representados principalmente por benzodiazepinas (productos también conocidos por su acción contra la ansiedad). Algunos hipnóticos consisten únicamente en extractos de plantas (espino, pasiflora, tila, etc.), de acción más moderada pero mucho menos dañina. Además, los antihistamínicos H1, como la alimemazina, se prefieren para los niños, pero su uso debe seguir siendo excepcional. Finalmente, los hipnóticos barbitúricos, como el fenobarbital, ya no deben usarse debido a su alta toxicidad y al riesgo de efectos secundarios en combinación con otros fármacos.

Es recomendable reservar el uso de hipnóticos para el insomnio que realmente moleste al sujeto y por periodos lo más cortos posible, que no superen las 4 semanas. La dosis debe ser baja inicialmente y solo aumentarse según sea necesario en función de los resultados clínicos.

Efectos indeseables

Cada sustancia tiene sus propios efectos secundarios, pero existen riesgos comunes. La somnolencia puede provocar accidentes al conducir un vehículo. Los peligros asociados a la toma de estos fármacos son mayores en caso de enfermedad respiratoria (depresión respiratoria) y en los ancianos, que son especialmente sensibles a los hipnóticos (excitación paradójica, confusión mental). Puede ocurrir adicción y dependencia, o incluso una adicción real a las drogas, especialmente con barbitúricos y benzodiazepinas. Puede ocurrir amnesia repentina y temporal, a veces desde el primer uso, lo que lleva a problemas médicos legales u hospitalizaciones sin consentimiento (deambular por la vía pública, incapacidad para revelar la identidad). La sobredosis puede provocar coma y la muerte. Los hipnóticos deben prohibirse en los niños pequeños, porque se sospecha que son responsables de los casos de muerte súbita del lactante.