Peste bovina – Peste bovina – Enfermedades animales

LA peste bovina o Peste bovina se trataba de una enfermedad viral aguda, altamente contagiosa y letal, que afectaba a los ungulados, principalmente bovinos y búfalos. Presumiblemente la existencia de esta enfermedad desde la era de los pueblos egipcios, donde hubo muchas muertes colectivas de animales de tiro. Este virus se ha extendido a todos los continentes y se ha convertido en una pandemia de grandes proporciones.

La primera escuela de medicina veterinaria y también la OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal) se crearon a raíz de los crecientes brotes de peste bovina, con la esperanza de estudiar y comprender mejor la enfermedad, estableciendo estrategias para combatirla. En Brasil, los registros indican la introducción de la enfermedad en 1921, pero su manifestación pronto se vio limitada por el sacrificio, el control del tránsito de animales, las medidas de desinfección y la cuarentena.

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En 1994, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) implementó el programa de erradicación de la peste bovina en el mundo, un proyecto al que se adhirieron bien los líderes de varios países. En 1999, la vacuna se desarrolló a partir del virus vivo, que fue de suma importancia para controlar la enfermedad. Finalmente, en 2011, la peste bovina fue declarada la primera enfermedad animal erradicada del mundo.

El agente etiológico de la enfermedad consiste en un virus de la familia Paramyxoviridae, género Morbillivirus, envuelto, con una cadena simple de ARN y propiedades biológicas para infectar diferentes órganos y tejidos, afectando células hematopoyéticas, epiteliales, mesenquimales, neuroendocrinas. Este virus puede soportar temperaturas de 56ºC durante 60 minutos o de 60ºC durante 30 minutos. Se mantiene estable entre pH 4 y 10. Pero son susceptibles a disolventes lipídicos y desinfectantes a base de hidróxido de sodio (2%), fenol y cresol.

En el medio ambiente, Morbilivirus se inactiva rápidamente debido a su sensibilidad a la luz y la radiación ultravioleta. Pero a bajas temperaturas y en tejidos refrigerados o congelados permanecen viables durante largos períodos.

La enfermedad se transmitió por contacto directo o indirecto (secreciones y excreciones) entre animales infectados y susceptibles. Pero la literatura menciona que no hubo evidencia de transmisión vertical ni por aerosoles y fómites. El período de incubación varió de 7 a 21 días.

Los signos clínicos presentados por bovinos o búfalos incluyeron fiebre alta, anorexia, depresión, taquipnea, taquicardia, congestión mucosa, secreciones nasales y oculares serosas a mucopurulentas, sequedad del hocico, disminución de la rumia, estreñimiento y disminución de la producción. La enfermedad también avanzó con la fase erosiva, en la que se manifestaron lesiones necróticas en la mucosa oral, y la fase gastroentérica, con presencia de diarreas mucosas o sanguinolentas. Se informa que la mayoría de los animales murieron entre las fases erosiva y gastrointestinal, pero rara vez, cuando estos sobrevivieron, se notó que los signos retrocedían en 10 días y se recuperaban después de 20 días.

Las ovejas y las cabras tenían una enfermedad más leve y los signos incluían fiebre, anorexia, secreción ocular moderada, diarrea. Los cerdos, en cambio, no presentaban secreción ocular, pero la deshidratación por signos gastrointestinales podía conducir a la muerte.

En la necropsia se observaron lesiones necróticas de la mucosa oral, diseminadas a través del paladar blando, faringe y porción inicial del esófago; abomaso de paredes gruesas, grisáceo o descolorido; edema y congestión intestinal, engrosamiento lineal y ennegrecimiento de los pliegues del ciego, colon y recto; ganglios linfáticos agrandados y placas de Peyer con necrosis linfoide.

Debido a que algunos virus y enfermedades (fiebre aftosa, diarrea viral bovina, lengua azul maligna, estomatitis papular, teileriosis, entre otras), presentan signos similares a los de la peste bovina, es importante realizar un diagnóstico diferencial. El diagnóstico definitivo se realiza a partir de la identificación o aislamiento del virus en muestras de sangre o tejido y las técnicas recomendadas son: detección de antígenos por inmunodifusión en gel de agar, RT-PCR (reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa), neutralización viral, inmunohistoquímica y algunas otras.

La peste bovina fue controlada y erradicada mediante acciones de vacunación, vigilancia y seguimiento del rebaño y áreas críticas. Las últimas notificaciones se realizaron en 2007, en África y Asia y desde entonces la enfermedad ha sido eliminada, pero al ser una enfermedad de gran impacto económico, rápida diseminación y alta mortalidad, el foco de la era post-erradicación es continuar monitoreando y principalmente para reducir el número de laboratorios que contienen el virus almacenado. La FAO ha ofrecido asistencia para destruirlo o reubicarlo en instalaciones de alta seguridad, a fin de prevenir posibles accidentes o, sobre todo, su uso delictivo.

Referencias

Organización Mundial de Sanidad Animal (2013). – RINDERPEST – Etiología, Epidemiología, Diagnóstico, Prevención y Control. OIE, París.

Peste bovina. Registro de enfermedades infecciosas de los animales. Centro de Seguridad Alimentaria y Salud Pública. Universidad Estatal de Iowa, 2008. http://www.cfsph.iastate.edu/Factsheets/es/bovina_rinderpest.pdf

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