Plasma – cuarto estado físico de la materia – Física

A diferencia de lo que mucha gente piensa, no solo hay tres estados físicos de la materia, de hecho, hay muchos otros, y bajo ciertas condiciones, es posible alcanzar el llamado cuarto estado de la materia, el plasma.

Los plasmas tienen algunas características similares a los gases, ya que tampoco tienen formas o volúmenes fijos, pero tienen una densidad mucho menor. Son iones y electrones libres, formados por la eliminación de muchos o todos los electrones de los átomos que forman un gas.

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Lámpara de plasma. Foto: White Rabbit83 / Shutterstock.com

Un gas está compuesto por moléculas neutras que forman un conjunto cuya carga eléctrica total es cero, mientras que los plasmas pueden incluso representar un volumen de carga total cero, pero sus partículas están cargadas eléctricamente, lo que le permite, además de conducir electricidad, sufrir efectos de un campo electromagnético.

¿Dónde encontrar plasma?

Como condiciones específicas (altas temperaturas, partículas de gas e ionización) son necesarias para su existencia, el plasma no es tan común en nuestro planeta, sin embargo, en el universo, más del 90% de la materia se encuentra en estado de plasma.

El Sol, por ejemplo, está compuesto íntegramente de materia en forma gaseosa y plasmática, ya que las estrellas, al ser gases a muy altas temperaturas, tienen partículas cargadas eléctricamente, que forman el plasma.

En nuestro planeta es posible encontrar materia en plasma, incluso si está muy por debajo de las temperaturas a las que se encuentran las estrellas. Las lámparas fluorescentes y los letreros de neón son buenos ejemplos. En estos casos, un gas se somete a altos voltajes de modo que los electrones se separan de sus átomos o se conducen a altos niveles de energía, y luego el gas dentro del bulbo se convierte en un plasma y los electrones excitados vuelven a los niveles anteriores. De energía, emitiendo fotones con longitudes de onda dentro del espectro visible, lo que nos permite ver luces de colores.

Este es el mismo principio de funcionamiento que los televisores de plasma. En estos dispositivos, se inyecta un gas, generalmente argón, neón o xenón, entre dos paneles de vidrio y se somete a una corriente eléctrica que provoca un resplandor en rojo, verde y azul, que al combinarse generan los colores específicos deseados.

Otro ejemplo de plasma son las auroras boreales que rodean los polos en determinadas épocas del año. Cuando el viento solar (una corriente de partículas cargadas) golpea el campo magnético de la Tierra, sus partículas, en su mayoría protones, chocan con los átomos en el aire, excitándolos y así sucesivamente, tal como lo hace en las lámparas fluorescentes y los letreros en neón, luz es generado.

Aurora boreal. Foto: Pi-Lens / Shutterstock.com

Precaución: es importante no confundirlo con el plasma sanguíneo, ya que solo tiene un nombre para plasma. El plasma sanguíneo es en realidad un líquido presente en nuestra sangre, compuesto principalmente de agua.

Investigación de plasma

En la investigación, los átomos y moléculas de gas son ionizados por campos magnéticos para formar plasma. El principal objetivo de los investigadores de todo el mundo ha sido el confinamiento magnético del plasma, para hacerlo más estable y más fácil de transportar, con el fin de mejorar su aplicación en el estudio de la fusión nuclear.

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