Porte de Arma: argumentos a favor y en contra de la nueva ley

El tema de la posesión y posesión de armas se está discutiendo en el país debido a los cambios en la legislación realizados por el presidente Jair Bolsonaro.

En respuesta a las promesas de campaña, Bolsonaro, mediante decretos presidenciales, facilitó la propiedad de armas en Brasil.

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Posesión y posesión de armas en Brasil

Curso de tiro
Una persona practica disparos

Antes de comenzar, debemos definir qué es posesión y posesión de armas.

  • Posesión de armas: derecho a poseer un arma de fuego, pero no a transportarla.
  • Posesión de armas: permiso para portar un arma.

La posesión de un arma no garantiza la posesión del arma. Una persona puede tener un arma de fuego en casa, pero puede que no esté armada en la calle, por ejemplo.

La posesión y tenencia de armas, en Brasil, siempre ha sido liberada para practicantes de tiro deportivo, profesionales de la seguridad y justicia, y para la población rural, entre otras categorías.

Propiedad de armas en Brasil

Cualquiera, siempre que cumpla con ciertos requisitos, puede poseer hasta seis armas de fuego. Algunos de estos estándares son:

  • Residencia fija
  • Tener 25 años
  • Certificado de «nada registrado» de la Policía Federal
  • No responder a ninguna demanda
  • Trabajando
  • Informe de formación psicológica
  • Informe de formación técnica

Con la aprobación del Estatuto de Desarme en 2003, el comprador tuvo que declarar para qué usaría esa arma. Ahora, esto ya no es necesario.

El decreto presidencial de Jair Bolsonaro facilitó la posesión de armas, pero no la posesión. La razón es simple: para que eso suceda, la ley debe pasar por el Congreso Nacional, donde probablemente sería rechazada.

Argumentos a favor de la posesión de armas

El debate sobre el derecho a poseer armas es antiguo en Brasil. A diferencia de Estados Unidos, donde este derecho se logró al mismo tiempo que el país se independizaba, la posesión y posesión de armas no fue fácil para la gente común.

Los defensores de esta práctica argumentan que un ciudadano armado se convierte en un ayudante potencial para las fuerzas de seguridad en su región. Si muchos tienen un arma, el criminal se lo pensaría dos veces antes de atacar a alguien, ya que sus posibilidades de salir ileso se reducen.

Asimismo, se alega la necesidad de la legítima defensa. Por tanto, cualquier persona puede tener un arma para defenderse, su propiedad o su familia.

Hay quienes recuerdan los derechos que el Estado puede o no restringir a sus ciudadanos. Por este lado, al negar la posesión de un arma, el Estado estaría negando un derecho del consumidor, ya que las armas son productos como cualquier otro.

Sigue existiendo la tesis de que una población armada estaría en mejores condiciones de defenderse de un ataque de un ejército.

Finalmente, al facilitar el acceso a las armas de fuego, las personas armadas podrían ser un obstáculo para los funcionarios gubernamentales que están pensando en perpetuarse en el poder. Después de todo, en posesión de armas, la propia gente evitaría que esto sucediera.

Argumentos en contra de la posesión de armas

En 2003 se sancionó el Estado de Desarme, lo que dificultó aún más la adquisición de armas de fuego por parte de los civiles. Dos años después, el artículo 35 sobre la liberación de la compra de armas fue llevado a plebiscito y la propuesta fue rechazada.

Los académicos que están en contra de la liberación de la posesión de armas afirman que el problema de la violencia se deriva de la profunda desigualdad social en Brasil. Por tanto, la posesión de armas no resolvería este problema.

Los expertos en seguridad pública advierten que la falta de preparación para manejar un arma puede ser más letal que no poseerla. La sensación de falsa seguridad que da un arma es peligrosa.

Con más armas en casa, se teme que aumenten los feminicidios, ya que los delitos cometidos contra las mujeres ocurren en el hogar.

Asimismo, muchos afirman que Brasil no estaría en condiciones de solicitar e inspeccionar un posible aumento en el número de ciudadanos que poseen armas de fuego, debido a la falta de profesionales especializados.

Además, es una medida impopular. Según una encuesta realizada por Datafolha, en diciembre de 2018, el 61% de los encuestados se declaró en contra de la liberación de la posesión de armas.

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