Predatismo o depredación – Relaciones ecológicas – Biología

A depredacion o predatismo, un individuo (depredador) se alimenta de otra (presa), que es una especie diferente a la suya. Los búhos que se alimentan de pequeños mamíferos y las ranas que se alimentan de insectos son ejemplos de este tipo de relación ecológica.

Anfibios de la familia Hylidae en relación a la depredación (Trachycephalus vs Scinax).  Foto: © Izalete Tavares.

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Anfibios familiares Hylidae relación de depredaciónTraquicefalia vs Scinax). Foto: © Izalete Tavares.

Cuando la depredación consiste en un animal que se alimenta de plantas o alguna de sus partes, tenemos herbivoría. Es una relación de gran importancia, ya que garantiza la transferencia de la energía captada por los vegetales (seres productores) a los demás niveles tróficos de las cadenas tróficas. Ejemplos de animales herbívoros son el ganado (Bos tauro) y la oruga del gusano de seda (Bombyx mori).

Muchas especies tienen características que actúan en defensa contra depredadores, como tortugas y tortugas, que se retraen en sus cascos ante la presencia del depredador, o plantas que producen sustancias tóxicas en al menos una de sus partes, como la mandioca (Manihot utilissima). Sus hojas y raíces están dotadas de sustancias que, al ser ingeridas, provocan cansancio, dificultad para respirar, taquicardia, agitación e incluso la muerte.

Depredación en la regulación de la población

Desde un punto de vista individual, las especies depredadoras se benefician, mientras que las presas resultan dañadas. Desde un punto de vista ecológico, la depredación es un factor que actúa en la regulación de la densidad poblacional, tanto de presas como de depredadores.

Un ejemplo del papel de la depredación en el equilibrio ambiental fue el caso observado en la meseta de Kaibab, en Estados Unidos, a principios del siglo XX.

El ciervo de la especie Odocoileus hemionus Se prohibió la caza, mientras que se fomentó la caza de sus depredadores naturales: coyotes, pumas y lobos. Como consecuencia de esto, la población de ciervos aumentó rápidamente, pasando, en unos 20 años, de 4 mil a 100 mil individuos.

Sin embargo, los campos ya no soportaban tantos ciervos, ya que podían albergar un máximo de hasta 30.000 animales. En respuesta a esto, el medio ya no pudo proporcionar alimento a los ciervos, ya que se alimentaban desde la hierba hasta sus raíces, además de haber pisoteado el suelo hasta el punto de que ya no era posible recuperar los pastos.

Con la capacidad de soporte del medio excedida, los ciervos comenzaron a morir de hambre y enfermedades, y el número de animales disminuyó drásticamente. En unos 15 años, su población se ha reducido a menos de 10,000 individuos, sin embargo, la hierba aún no ha brotado como antes, pues el suelo ya estaba comprometido.

Referencias bibliográficas:

AMABIS, José Mariano; MARTHO, Gilberto Rodrigues. Biología en contexto. 1ª edición. São Paulo: Editora Moderna, 2013.

TOWNSEND, Colin R.; COMENZAR, Michael; HARPER, John L. Fundamentos en Ecología. 3ª edición. Porto Alegre: Artmed, 2010.

Universidad Federal de Juiz de Fora – UFJF. Plantas tóxicas. 2016. Disponible en: . Consultado el 06 nov. 2016.

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