Primer reinado (1822-1831) – Historia de Brasil

O primer reinado fue la fase inicial del período monárquico de Brasil después de la independencia. Este período comienza con la declaración de independencia de Don Pedro I y finaliza en 1831, con la abdicación del emperador.

Pintura de Pedro Américo (1888) representa la declaración de independencia de Brasil.

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Pintura de Pedro Américo (1888) representa la declaración de independencia de Brasil.

Cuando Dom Pedro I declaró la independencia de Brasil, el 7 de septiembre de 1822, movido por una intensa presión de las élites portuguesa y brasileña, el ejército portugués, todavía fiel a la lógica colonial, resistió todo lo que pudo, tratando de proteger los privilegios. dado a los portugueses en tierras brasileñas.

La victoria de las fuerzas leales al emperador Pedro I frente a esta resistencia otorga al monarca un aumento considerable de prestigio y poder.

Una de las primeras iniciativas del Emperador brasileño fue crear y promulgar una nueva Constitución para el país para, al mismo tiempo, aumentar y consolidar su poder político y frenar las iniciativas revolucionarias que ya estaban teniendo lugar en Brasil.

La Asamblea Constituyente formada en 1823 fue el primer intento, invalidado por la falta de acuerdo y por la incompatibilidad entre los diputados y la voluntad del Emperador. En un nuevo intento, la Constitución fue promulgada en 1824, la primera para el Brasil independiente.

Dom Pedro I, Emperador de Brasil entre 1822 y 1831.

Dom Pedro I, Emperador de Brasil entre 1822 y 1831.

Esta Constitución, entre otras medidas, otorgaba al Emperador la facultad de disolver la Cámara y los consejos provinciales, maniobrando así la legislatura, además de eliminar cargos cuando fuera necesario, instituir ministros y senadores con poderes vitalicios y nombrar presidentes de condados. Estas medidas dejaron la mayor parte del poder de decisión en manos del emperador y evidenciaron el carácter despótico y autoritario de un gobierno que prometía ser liberal.

Este giro autoritario del gobierno generó nuevas revueltas y enardeció las antiguas, dando aún más inestabilidad al recién independizado país. Una de estas revueltas fue la Confederación del Ecuador. Dirigidos por Frei Caneca, los rebeldes de Pernambuco contra el gobierno fueron reprimidos por los militares, no sin antes mostrar su descontento con el rumbo del país.

En 1825 Brasil fue derrotado en la Guerra Cisplatina, que transformó esta antigua parte de la colonia en el Uruguay independiente en 1828. Esta guerra causa daños al país, tanto política como económicamente. Con problemas con las importaciones, baja recaudación de impuestos, dificultad para recaudarlos por la extensión del territorio y baja producción agrícola, provocada por una crisis internacional, la economía brasileña tiene un fuerte declive.

Cuando, en 1826, muere Don João VI, surge un gran enfrentamiento en torno a la sucesión al trono portugués. Ante las demandas de brasileños y portugueses, Dom Pedro abdica en favor de su hija, D. Maria da Glória. Sin embargo, su hermano, D. Miguel, da un golpe de Estado y usurpa el poder de su hermana.

El emperador brasileño luego envía tropas brasileñas para resolver la disputa y restaurar el poder a su hija. Este hecho irrita a los brasileños, ya que el Emperador vuelve a priorizar los asuntos portugueses sobre los brasileños. Esta “reaproximación” entre Portugal y Brasil inquieta y genera temor a una nueva era de dependencia. Con esto, el Emperador pierde popularidad.

A todo ello se suma el asesinato de Líbero Badaró, conocido periodista y descontento del emperador. Naturalmente, las sospechas sobre el ataque sufrido por el periodista recaen sobre el gobernante luso-brasileño. Este episodio hace que la aprobación del Emperador caiga aún más entre la población. Un momento delicado sucede cuando el Emperador, en un viaje a Minas Gerais, es acosado por los mineros a causa de este asesinato. Los portugueses en Río de Janeiro responden inmediatamente a los mineros, movilizándose a favor del emperador. Las calles de Río de Janeiro son testigos de momentos y actos de desorden y malestar público.

En este punto, dos de las categorías más importantes de apoyo al régimen también retiran su apoyo. La Nobleza y el Ejército abandonan al Emperador y hacen insostenible la situación política. D Pedro I no encuentra solución. Abdica en favor de su hijo, Pedro de Alcântara, entonces de 5 años, el 7 de abril de 1831.

Bibliografía:
Carvalho, José Murilo de (1993). La Monarquía Brasileña (Río de Janeiro: Al Libro Técnico)
Vainfas, Ronaldo (2002). Diccionario del Brasil Imperial (Río de Janeiro: Objetiva).

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