Psilocibina – Fármacos y farmacología

LA psilocibina es un alcaloide con una estructura similar a la de la serotonina. Tiene actividad alucinógena, produciendo efectos como alucinaciones y alteraciones sensoriales, encontrándose en determinadas especies de hongos. Utilizado desde la antigüedad en rituales, con informes que se remontan a más de 3000 años. Se utilizó ampliamente en la década de 1960, cuando tuvo lugar el movimiento hippie.

En Brasil existen varias especies de hongos con propiedades alucinógenas, la mayoría de las cuales pertenecen al género Pcilocybe, Panaeolus y pluteus, que tienen alcaloides indólicos derivados del triptófano, como la psilocibina.

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Desde sentimientos de bienestar hasta sentimientos de pánico y alucinaciones perturbadoras, la psilocibina también se conoce como “hongos mágicos”, siendo a menudo utilizada como droga de abuso, con un efecto similar al LSD (dietilamida del ácido lisérgico).

Una vez ingerida, se hidroliza la psilocibina (O-fosforil-4-hidroxi-N, N-dimetiltriptamina), su metabolito psicoactivo, que tiene una estructura molecular similar a la de la serotonina. Con esto, se considera un agonista de la serotonina, que al unirse a receptores específicos de este neurotransmisor, culmina en la activación de sus respuestas, por más profundas que sean, que pueden incluir alucinaciones visuales y alteraciones sensoriales, como las que se observan en pacientes con esquizofrenia. Estos receptores se distribuyen por todo el sistema nervioso central, pero están más concentrados en la corteza prefrontal, cuya área está involucrada con la regulación del estado de ánimo, la cognición y la percepción.

Algunos estudios también demuestran que la psilocibina aumenta los niveles de dopamina estriatal, lo que produce euforia. Sin embargo, incluso actuando en estos sistemas, la psilocibina no está relacionada con la producción de dependencia química a la droga.

Los efectos alucinógenos de la psilocibina suelen aparecer a los 15 a 45 minutos de su ingestión, que puede ser en forma de té, así como deshidratada y triturada consumiéndose directamente o en cápsulas. Los síntomas comienzan con un probable malestar gástrico, que puede provocar vómitos y mareos leves. Posteriormente, hay una sensación de bienestar que puede evolucionar hacia alucinaciones visuales, perdiendo el sentido de la realidad. Estos efectos pueden durar de 4 a 6 horas, con informes de síntomas de cambios en la percepción sensorial y pensamientos que duraron días.

Las características que van desde la especie y el origen del hongo hasta las relacionadas con el cultivo y el período de cosecha pueden determinar su potencia. La forma en que se ingiere es otro factor determinante, ya que las setas deshidratadas pueden contener hasta 10 veces más sustancias activas que las frescas.

La psilocibina se ha estudiado desde la década de 1960 en aplicaciones médicas, especialmente en afecciones psiquiátricas como la esquizofrenia y los trastornos de la personalidad. Los estudios ya han demostrado sus efectos positivos en el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo (TOC), además de la migraña crónica, logrando aliviar el dolor. Actualmente, las investigaciones muestran su potencial efecto beneficioso en el alivio de la ansiedad de los pacientes sometidos a terapia antitumoral, logrando mejorar el estado de ánimo de estos individuos.

Algunas características relacionadas con el usuario pueden determinar los efectos que se observarán al usar esta sustancia. Con esto, los pacientes mentalmente inestables o ansiosos tienden a experimentar los efectos considerados malos. Entre los efectos generales más notificados se encuentran:

  • Cambios visuales, especialmente de colores;
  • Confusión y desrealización;
  • Sentimientos de alegría (euforia);
  • Tranquilidad;
  • Sinestesia;
  • mareos y somnolencia;
  • Dilatación de las pupilas (midriasis);
  • Cambios gastrointestinales (náuseas y vómitos).

El tratamiento de la intoxicación por especies psilocibínicas tiene como objetivo controlar los síntomas, ya que generalmente no son letales. Con este fin, se pueden tomar benzodiazepinas para controlar la hipertensión, la agitación y las alucinaciones, al igual que las fenotiazinas (clorpromazina) para controlar los episodios psicóticos.

Actualmente, la psilocibina y su metabolito activo, la psilocina, forman parte de la Lista de Sustancias Psicotrópicas de Uso Prohibido en Brasil, según la Ordenanza 344/98 (ANVISA).

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