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Hacia pteridofitasperteneciendo a Phylum Pteridophyta, forman parte del grupo de las plantas vasculares sin semillas (Figura 1). La novedad evolutiva desarrollada a partir de este grupo fue el sistema conductor, formado por xilema y floema. Este sistema hizo más eficiente el transporte de agua y nutrientes, lo que permitió el desarrollo de plantas de mayor tamaño y su éxito en la ocupación del medio terrestre. Otra característica importante de los pteridofitos es la presencia de lignina, un polímero fenólico depositado en la pared celular que les ayuda a mantenerse. Tienen raíces, tallos y hojas, pero no tienen flores ni semillas. La mayor parte de este filo está representada por helechos. Recientes análisis moleculares han demostrado un parentesco entre estas especies y las colas de caballo, razón por la cual fueron incluidas en este grupo.
La mayoría de las especies de helechos pertenecen al orden Filicales (Figuras 1 y 2). Los helechos son plantas utilizadas en la ornamentación de diferentes ambientes, teniendo gran importancia comercial. Como dominaron grandes áreas en el pasado, son constituyentes relevantes del carbón mineral, que actualmente se utiliza como combustible. Tienen un tallo tipo rizoma, que es un tallo subterráneo que corre paralelo al suelo, del cual se forman las raíces y las hojas. Las hojas son grandes y generalmente representan la parte más desarrollada de los helechos. Este tamaño permite una mayor captación de luz solar por parte de estas plantas, proporcionando una fotosíntesis más eficiente. Casi todos tienen hojas tiernas enrolladas (circinadas), a las que se les llama baculi (Figura 3).
Figura 1. Helecho en florero, utilizado como planta ornamental. Foto: Oraood / Shutterstock.com
Figura 2. Especie de helecho nido de asplenio en su entorno natural. Foto: Perezosos perfectos / Shutterstock.com
Figura 3. Baculi, las hojas jóvenes enrolladas que se encuentran en casi todos los helechos. Foto: Peeravit / Shutterstock.com
Como en todas las plantas, las pteridofitas también presentan una alternancia de generaciones en su ciclo de vida, es decir, pasan por una fase haploide (norte), llamado gametofito, que alterna con la generación diploide (2norte), conocido como esporofito. A diferencia de las briófitas, las pteridofitas predominan en la fase esporofítica, que es más grande y compleja. El gametofito está poco desarrollado y contribuye a la nutrición del esporofito solo al comienzo de su crecimiento. Con la formación de raíces y hojas, el esporofito ya no depende del gametofito, que retrocede.
Los esporangios (lugares de producción de esporas) generalmente se ubican en la parte inferior de las hojas en grupos llamados soros, que pueden aparecer como líneas, puntos o manchas anchas (Figura 4). Si encuentra condiciones favorables de temperatura, luz y humedad, la espora germina y origina gametofitos bisexuales, es decir, aquellos que presentan anteridios (estructura que produce gametos masculinos) y arquegonios (estructura que produce gametos femeninos) en su superficie. Su formato es achatado y cordiforme, recibiendo el nombre de prótalo. El orden de aparición de los anteridios y arquegonios determinará si la reproducción será por autofecundación o por fecundación cruzada.
Figura 4. Envés de hoja de helecho con sueros. Foto: rodriguesromulo / Shutterstock.com
Dentro de la archegonia se encuentra el gameto femenino, llamado oosfera. Los anteridios producen anterozoides (gametos masculinos), que nadan hasta el arquegonio, donde penetran y fecundan la oósfera, originando el cigoto. Esto se divide y forma el embrión, que comienza a recibir nutrientes del gametofito. El desarrollo del embrión da lugar a la formación de raíces, tallos y hojas, independizando a la planta del gametofito, que degenera cuando se agotan sus reservas de nutrientes. En la madurez, el esporofito desarrollará hojas fértiles, que darán lugar a las esporas, completando el ciclo. El ciclo de vida de los helechos se ilustra en la figura 5.
Figura 5. Diagrama del ciclo de vida de un helecho. Ilustración: Kazakova Maryia / Shutterstock.com (adaptado)
Las colas de caballo pertenecen al orden Equisetales y se encuentran en ambientes húmedos. Tienen tallos articulados, textura rugosa y hojas en forma de escamas. Los esporangios están reunidos en estróbilos ubicados en el ápice del tallo. Las ramas fértiles de algunas especies no contienen clorofila, lo que las diferencia visualmente de las ramas vegetativas, que son de color verde (Figura 6).
Figura 6. Cola de caballo. Foto: arenysam / Shutterstock.com
Referencia bibliográfica:
Cuervo, P.; Evert, RF & Eichhorn, SE 2007. Biología vegetal. 7ª ed. Río de Janeiro: Guanabara Koogan, 830 p.