Written by LA Sociología es la disciplina que se ocupa de estudiar la vida social humana, analizando la dinámica de la sociedad en su conjunto y de los grupos singulares que la componen. Utilizando sus herramientas específicas, es el campo del conocimiento el que investiga las relaciones sociales entre diferentes grupos humanos, sus conflictos y conexiones. Así como el psicólogo se dedica a conocer los elementos que rigen el comportamiento de un individuo, los sociólogos tienen la misión de comprender el funcionamiento del comportamiento colectivo. ¿Por qué es la sociedad como la conocemos? ¿Por qué es tan diferente de cómo era hace unos siglos? Estas son algunas cuestiones centrales que animan el debate sociológico.
La sociología nos enseña a observar el mundo que nos rodea desde un nuevo ángulo. Los comportamientos e instituciones que aparecen como naturales – como algo que siempre ha sido lo mismo – a los ojos del sociólogo son fenómenos dotados de influencias históricas y sociales. Ser sociólogo es aprender que algunas cosas, que percibimos como experiencias individuales, son en realidad acciones influenciadas por el entorno social en el que crecimos y vivimos. Las formas en que reflejamos estas profundas influencias son objeto de un estudio en Sociología. A primera vista, este enfoque parece privarnos de autonomía sobre nuestras acciones, pero lo cierto es que es todo lo contrario. Al conocer las fuerzas sociales que actúan en nuestras vidas, ganamos más libertad para tomar decisiones conscientes.
Esta operación, en la que dejamos de lado las apariencias inmediatas de las cosas para comprender el contexto amplio en el que se insertan, es lo que llamamos imaginación sociológica. Al abordar el acto aparentemente efímero de beber una taza de café, Anthony Giddens nos da un ejemplo interesante del ejercicio de esa imaginación. ¿Cuántos ángulos sociológicos podemos abordar este gesto cotidiano? En primer lugar, podríamos decir que la gente se junta para tomar café en un ritual social, que tiene mucho más que ver con la socialización que con el café en sí. También podríamos reflexionar sobre el hecho de que la cafeína, así como el alcohol, son sustancias aceptadas en Occidente, mientras que otras culturas condenan su uso y no están restringidas por otras drogas. Un sociólogo también podría discutir las relaciones de producción involucradas en el cultivo y comercio del café, que interconectan diferentes regiones del globo, siendo un producto cultivado en países pobres y distribuido en su mejor calidad a los países desarrollados. Finalmente, también podríamos pensar en los estilos de vida que se organizan en torno al hábito de tomar café, como la tendencia, por ejemplo, a consumir café orgánico como forma de estimular la agricultura sustentable. De todos modos, las posibilidades de la imaginación sociológica son infinitas cuando llegamos a comprender que las elecciones aparentemente individuales reflejan cuestiones amplias. Lo que hacemos o no hacemos dice mucho sobre el entorno social que habitamos.
Con la diversidad de culturas y grupos sociales que tenemos en el mundo, es necesario que la Sociología abrace una inmensidad de temas. Algunos de estos temas centrales, que definirán las áreas de investigación de los sociólogos, son: política, trabajo, economía, religión, educación, razas y etnias, pobreza, clases sociales, ecología, comunicación y medios de comunicación, delitos y sistema punitivo, el convivencia entre distintas generaciones, género y sexualidad, movimientos sociales y muchos otros. Estas áreas de investigación no siempre son homogéneas, ya que abarcan diferentes interpretaciones y formas de abordar los fenómenos sociales, lo que hace de la sociología una disciplina muy amplia y atractiva.
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Bibliografía:
GIDDENS, Anthony. Sociología. Porto Alegre: Artmed, 2005.
