¿Qué fue la Revolución Industrial Inglesa?

LA Revolución industrial inglesa comenzó como resultado de una serie de factores económicos, sociales y políticos que ocurrieron en Inglaterra en la segunda mitad del Siglo XVIII.

Causas de la Revolución Industrial Inglesa

Inglaterra era un país unificado con una situación política relativamente estable, libre de aranceles aduaneros y con un sistema de seguros y una infraestructura bancaria bien establecidos.

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En el siglo XVIII, se convirtió en una potencia económica internacional dominante y acumuló grandes sumas de capital. Además, la gran cantidad de puertos naturales y ríos navegables, muchos conectados por nuevos canales, hizo que el consumo nacional e internacional se interconectaran fácilmente.

La existencia de mano de obra abundante y barato también fue importante para el desarrollo de la industria. Desde principios del siglo XVIII, con la mejora de la producción agrícola, se ha producido una caída de las tasas de mortalidad.

Al mismo tiempo, una gran cantidad de personas estaban siendo expulsadas del campo, debido a la apropiación de tierras por parte de poderosos terratenientes, y estaban migrando a la ciudad.

La burguesía inglesa todavía puede contar con el creciente imperio colonial. En la segunda mitad del siglo XVIII, tras superar a los franceses, Inglaterra empezó a tener hegemonía naval. En ese momento, las actividades comerciales dominaban el ritmo de producción.

Consecuencias de la Revolución Industrial en Inglaterra

Fabricación e industria

En Inglaterra, a principios del siglo XVIII, convivieron diferentes formas de trabajo industrial. Las corporaciones, que realizaban trabajos artesanales, ya están en proceso de extinción.

La industria rural o doméstica, que operaba en el campo, donde las familias campesinas hilaban, tejían y teñían, inicialmente para las necesidades de la familia, produciendo tejidos de lana con discos y telares de madera.

Con el crecimiento del comercio, comenzaron a producir para el mercado, apareciendo el proveedor de materia prima que recibía el producto terminado para ser comercializado.

Y también las manufacturas de hilado y tejido de algodón, que aunque no tenían máquinas, se parecían a las fábricas, reuniendo a los trabajadores en un solo lugar, produciendo con cierta división del trabajo.

Maquinaria y fábricas

En Inglaterra, en la segunda mitad del siglo XVIII, varios inventos revolucionaron la producción. La primera rama de la industria que se mecanizó fue el hilado y tejido de algodón. En 1767, el inventor inglés James Hargreaves creó el Maquina giratoria, construido en madera, utilizado por la industria rural y doméstica.

En 1769, Richard Arkwright creó el telar hidráulico, posteriormente perfeccionado y utilizado en la industria textil. Ese mismo año, James Watt creó el Máquina a vapor.

La nueva energía comenzó a utilizarse en máquinas de hilar y tejer. Fue en la fabricación de tejidos donde se produjeron los avances técnicos más importantes al inicio de la industrialización.

En 1779, Samuel Cropton mejoró el telar hidráulico y en 1785 Edmund Cartwright inventó el telar mecánico, capaz de ser operado por mano de obra no calificada, que marcó el final del tejido manual.

Para aumentar la resistencia de las máquinas, se reemplazó la madera por el metal, lo que estimuló el avance de la industria del acero. Inglaterra tenía abundancia de hierro y carbón, materias primas esenciales para la construcción de máquinas y para la producción de energía. La producción de carbón aumentó debido a las bombas de vapor y otras innovaciones tecnológicas.

En la década de 1880, la aparición de la electricidad como fuente de energía, promovida por Michael Faraday, anunció un rival que eventualmente reemplazaría al vapor. El desarrollo de máquinas herramienta estandarizadas y precisas fue otro aspecto importante de la Revolución Industrial.

El proletariado

Revolución industrial inglesa

La Revolución Industrial Inglesa dio origen a una clase trabajadora, que se caracterizó por percibir bajos salarios y jornadas laborales que llegaban a las 16 horas. Los trabajadores que antes eran los dueños de los telares y los discos pasaron a ser sometidos a los capitalistas (dueños de los medios de producción).

Una de las principales consecuencias de la revolución industrial fue el crecimiento de las ciudades. En 1800, Londres tenía 1 millón de habitantes.

En ese momento, el desarrollo industrial y urbano se trasladó al norte del país. Durante la época victoriana, Manchester fue invadida por una enorme masa de trabajadores que trabajaban en condiciones miserables. Las mujeres y los niños llenaron las fábricas, con salarios más bajos que los hombres.

Las condiciones de trabajo eran precarias y ponían en riesgo la vida y la salud de los trabajadores, lo que llevó a algunos a rebelarse contra las máquinas y las fábricas. Los propietarios y el gobierno organizaron una defensa militar. El aumento de las luchas obreras obligó a la creación de un mínimo de subsistencia para los desempleados (Ley Speenhamland). Un impuesto pagado por la comunidad cubría los gastos.

En 1811 estalló el movimiento Ludita, nombre derivado de Lend Ludlam, personaje creado para caracterizar la destrucción de máquinas por parte de los trabajadores.

En la década de 1830, el movimiento chartista reclamó el voto para todos los ciudadanos ingleses. Se crearon asociaciones para pagar el entierro de un compañero muerto. Luego vino el Sindicato (sindicatos), que han prohibido el trabajo infantil, el trabajo de ocho horas y el derecho de huelga.

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Referencias bibliográficas

Bahamonde, Miguel & Villares, Ramón – El mundo contemporáneo, siglo XIX y XX. 2008. Ed. Taurus: Madrid.

Schlutz, Helga – Historia económica de Europa, 1500-1800. Artesanos, comerciantes y banqueros. 2001. Siglo XXI Editores: Madrid.

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