LA radiografía (comúnmente llamados «radiografías») son pruebas médicas no dolorosas que ayudan a los médicos a diagnosticar y tratar enfermedades. La radiografía expone una parte del cuerpo a una pequeña dosis de radiación ionizante para producir imágenes del interior del cuerpo. Las radiografías son la forma más antigua y frecuente de producir imágenes clínicas.
Doctor examinando una radiografía. Foto: MorganStudio / Shutterstock.com
La radiografía se utiliza para evaluar los cambios óseos; localizar objetos extraños; detectar la presencia de cáncer; evaluar lesiones o daños causados por infecciones, artritis, crecimiento óseo anormal u osteoporosis; guiar cirugías ortopédicas, como reparación de columna, reemplazo de articulaciones y reducción de fracturas; determinar si hay una acumulación de líquido en la articulación o alrededor del hueso; asegúrese de que la fractura se haya solidificado correctamente y determine si un hueso está roto o una articulación dislocada.
El equipo generalmente utilizado es un tubo de rayos X suspendido sobre una mesa donde está acostado el paciente. Una caja debajo de la mesa contiene la película de rayos X o la placa de registro de la imagen.
Los rayos X atraviesan la mayoría de los objetos, incluido el cuerpo. Una vez que el dispositivo está correctamente orientado a la parte del cuerpo que será examinada, el haz de rayos X atraviesa el cuerpo produciendo una imagen, registrada por una placa de registro de imagen especial.
Los rayos X son absorbidos por diferentes partes del cuerpo en diferentes grados. Los huesos absorben gran parte de la radiación, mientras que los tejidos más blandos, como los músculos, la grasa y los órganos, permiten que la radiación los atraviese con mayor facilidad. Como resultado, los huesos aparecen blancos en la placa y los tejidos blandos aparecen en diferentes tonos de gris o negro.
Los beneficios de la radiografía son: los rayos X generalmente no tienen efectos secundarios; después de la exposición a este tipo de radiación no permanece en el cuerpo; evaluación rápida y visualización de huesos fracturados y problemas articulares; muy útil en emergencias; el dispositivo es relativamente económico en comparación, por ejemplo, con una resonancia magnética.
Las precauciones que se deben tomar son: comunicar al médico la posibilidad de que la paciente esté embarazada, en cuyo caso se tomarán medidas para no causar daño al feto y utilizar siempre la menor dosis de radiación posible, ya que cualquier exposición a radiación es potencialmente dañino.