Razones para actuar – Filosofía

Las razones son elementos que racionalizan nuestras acciones y siempre implican una explicación de por qué tomamos un curso de acción y no otro, o una justificación para esa decisión. En un sentido más amplio, estas razones aclaran nuestro comportamiento hacia lo normativo, es decir, lo que él debe hacerse, una norma o estándar a seguir. En Ética, la razones para actuar se relacionan con el concepto de obligación moral y consisten en valoraciones sobre los agentes morales y los contextos de sus acciones. El objetivo es especificar si una acción es moralmente adecuada o necesaria y cuándo.

Estas distinciones están muy cerca de nuestra vida cotidiana, por ejemplo, cuando evaluamos las razones de alguien para emprender alguna acción. Decimos, en algunos casos, que una persona “no tenía ninguna razón” para hacer lo que hizo, pero ¿cómo llegamos a esa conclusión? En general, estas evaluaciones se basan en valores morales aceptados en una sociedad o cultura. Las consideraciones que menciona una persona pueden o no justificar sus acciones. Distinguimos, por tanto, entre las consideraciones a partir de las cuales se tomó una acción y la cuestión de si eran bien razones, que es propiamente la cuestión normativa.

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La evaluación de bien Razones, las que debemos tomar, nos llevarán a distinguir dos perspectivas. El internalista establece una relación necesaria entre estos motivos y los estados motivacionales de los agentes, como creencias, deseos y preferencias. Si percibimos una persona necesitada y la ayudamos, lo que explicaría este acto sería cualquier motivación, como el deseo de evitar la culpa por no haber ayudado. Estas razones son interno porque se refieren de una manera particular a una persona. Al pensar desde una perspectiva externa, nos daríamos cuenta de que, independientemente de las motivaciones de un agente, es el hechos sobre situaciones en las que nosotros u otros nos encontramos que exigen alguna respuesta de nuestra parte. En este sentido, lo que podría ser un motivo para actuar se basa en el bienestar de las personas o en lo que sería digno de lograr. En este sentido, sería el hecho de que una persona pueda resultar herida o gravemente herida lo que da una razón para actuar.

Una vez que alguien se da cuenta de una razón para actuar, podríamos valorarla o valorarla como más o menos racional, especialmente si ninguna consideración se interpone en el camino de la realización de la acción. En cualquier caso, no todos los filósofos coinciden en determinar los criterios de racionalidad o cuáles serían los factores más relevantes en la valoración de contextos de acción, por lo que la intersección entre Filosofía de la Acción y Ética es un campo de estudio que aún produce. muchas interpretaciones de los fenómenos morales.

Incluso si algunas de nuestras acciones en contextos morales son automáticas o reflejan solo un conjunto de hábitos, siempre que nuestras acciones estén precedidas de un proceso deliberativo, es posible indicar las consideraciones que nos llevaron a adoptar o no un curso de acción. Estas consideraciones son razones en la medida en que nuestro conocimiento de ellas guía, altera o influye en nuestras decisiones. Por esta razón, la cuestión de las razones para actuar también está relacionada con la explicación de las acciones intencionales.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

DANCY, Jonathan. Realidad práctica. Nueva York: Oxford University Press, 2004.

SHAFER-LANDAU, Russ. Realismo moral: una defensa. Nueva York: Oxford University Press, 2003.

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