Conteo de glóbulos es un examen médico que evalúa las células que componen el líquido sanguíneo. En él es posible obtener diversa información, como: el recuento del número de células para cada tipo presente en la sangre (divididas en 3 tipos: rojo, blanco y plaquetas), su forma y tamaño, y la concentración media. de hemoglobina. De esta forma, es posible evaluar el estado de salud general de una persona.
Los análisis de sangre con recuentos de células sanguíneas se han realizado desde el siglo pasado. Sin embargo, el recuento manual de células dependía de la calidad del equipo utilizado y de la percepción del técnico responsable. De esta forma, en los años 60 se desarrollaron los contadores automáticos de células, lo que permitió una estandarización más satisfactoria de los resultados de los análisis. A partir de un gran número de muestras de personas sanas, se calcularon índices de referencia de valores óptimos o deseables para cada elemento analizado en el hemograma. Estos valores tienen en cuenta el sexo y la edad del paciente a analizar. Es importante enfatizar que tanto la recolección de sangre como la calibración del equipo de conteo deben realizarse correctamente para que no haya cambios en los resultados.
Los valores de referencia utilizados para comparar los resultados del recuento sanguíneo se dividen según la edad para los niños y según el sexo para los adultos. Los recién nacidos, por ejemplo, suelen tener valores altos de hemoglobina. Para las mujeres, también existe un estándar de comparación para las mujeres embarazadas, un período en el que existe una marcada fluctuación en los valores esperados de células en la sangre.
Las células sanguíneas analizadas en un hemograma se dividen en tres categorías. El leucograma es la parte de la prueba que analiza las células de la serie blanca, es decir, leucocitos (o glóbulos blancos), neutrófilos, eosinófilos, basófilos, linfocitos y monocitos, que tienen una función importante relacionada con el sistema inmunológico, combatiendo infecciones. y microorganismos. Otra parte específica del hemograma, el eritrograma, se refiere a la serie de glóbulos rojos, que son los glóbulos rojos (o eritrocitos, conocidos como glóbulos rojos). En estos análisis se realizan mediciones del volumen y tamaño de los glóbulos rojos, así como del peso y concentración de hemoglobina, que es la proteína presente en los glóbulos rojos encargada de transportar oxígeno. Finalmente, la última categoría de células evaluadas en un hemograma son las plaquetas. Estas células sin núcleo son esenciales para la coagulación de la sangre, deteniendo el sangrado agrupándose.
Los recuentos sanguíneos son pruebas relativamente simples y rápidas que brindan mucha información sobre ciertos tipos de enfermedades o anomalías que afectan el metabolismo. La anemia se detecta cuando hay una reducción en el número de glóbulos rojos (por debajo de 4,5 millones / mm3 tanto para hombres como para mujeres) mientras que la leucopenia es una reducción de los glóbulos blancos (valores inferiores a 3500 leucocitos por mm3). Por otro lado, el aumento de glóbulos blancos puede indicar la aparición de una infección. Los basófilos aumentan en casos de procesos alérgicos, los neutrófilos en infecciones bacterianas o virales, y el número de eosinófilos tiende a ser mayor de lo esperado en casos de infecciones parasitarias.
Referencias:
Dalanhol, Michele, Morgana Barros, Josmar Mazuchelli, Paulo Henrique Silva, Yoshio Hashimoto y A. Width. «Efectos cuantitativos del almacenamiento de sangre periférica en las determinaciones automáticas de hemogramas». Revista Brasileña de Hematología y Hemoterapia 32, no. 1 (2010): 16-22.
Failace, R. (2015). Hemograma: manual de interpretación. Editorial Artmed.
Grotto, HZ (2009). Análisis de células sanguíneas: la importancia para la interpretación de la biopsia [o Hemograma: Importância Para A Interpretação Da Biópsia]. Revista Brasileña de Hematología y Hemoterapia.