Reintroducción de especies en la naturaleza – Ecología

LOS reintroducción de especies es una importante herramienta de conservación y consiste en la liberación intencional de un organismo en un lugar que formaba parte de su distribución nativa y del cual ha desaparecido por razones antrópicas o naturales.

La reintroducción es el tipo más común de traslocación de conservación, es decir, la liberación intencional de organismos en el medio silvestre con fines de conservación. A su vez, la translocación de conservación también incluye la colonización asistida y el reemplazo ecológico (cuando la liberación no se realiza dentro del área de distribución original de la especie) y el refuerzo (cuando la liberación ocurre dentro del área de distribución original, pero ya existe una población de las especies presentes en el área de liberación).

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Los organismos a reintroducir pueden tener diferentes orígenes: provenientes de incautaciones de cautiverio ilegal o tráfico, reproducidos en cautiverio o incluso translocados de poblaciones existentes en la naturaleza. Sin embargo, en cualquier caso, el proceso de reintroducción es bastante complejo y son necesarias varias precauciones antes de ponerlo en práctica.

Primero, para reintroducir una especie es necesario tener objetivos claramente definidos, que generalmente implican mejorar el estado de conservación de una especie o restablecer los procesos ecológicos. Se deben considerar varios aspectos para determinar si se puede llevar a cabo o no la reintroducción de una especie, tales como impactos potenciales en la población de origen (en los casos en los que involucran la remoción de individuos de poblaciones naturales), posibles consecuencias ecológicas (tanto en el población de origen, en su caso, o en destino), riesgo de diseminación de enfermedades, problemas relacionados con la genética, etc.

Para evaluar estos factores, es esencial tener un conocimiento profundo de la biología de la especie, incluidos sus requisitos y tolerancias a las condiciones ambientales, así como su interacción con otras especies, y también el área donde se reintroducirá la especie. Es sumamente importante que las causas responsables de la extinción local de la especie (por ejemplo, la presión de la caza, la deforestación) ya no existan, o que al menos se hayan mitigado. Además, antes de la liberación, los individuos deben someterse a análisis clínicos, de laboratorio y genéticos, con el fin de certificar que la población a reintroducir es sana y tiene variabilidad genética, lo cual es particularmente importante ya que aumenta las posibilidades de que la población se adapte a cambios ambientales.

En el caso de los animales, cuando provienen de cautiverio o de convulsiones, por ejemplo, es fundamental que se lleve a cabo un riguroso proceso de rehabilitación para que el individuo desarrolle habilidades que le permitan sobrevivir en la naturaleza, como aprender a comportarse de frente. de otros individuos de la misma especie, buscando comida y defendiéndose de los depredadores y los humanos.

El seguimiento después de la reintroducción (demográfico, conductual, ecológico, genético, social, etc.) es fundamental para medir el éxito de la reintroducción, evaluar los impactos y realizar ajustes estratégicos, si es necesario.

Para asegurar el éxito de los programas de reintroducción de especies, también es esencial concienciar a las comunidades locales de la importancia de la conservación a través de actividades de educación ambiental. La participación de la comunidad en el monitoreo (a través de la ciencia ciudadana) y el desarrollo de proyectos que generan trabajo e ingresos (por ejemplo, ecoturismo) también puede ser prometedor para que las comunidades locales se conviertan en aliados, especialmente en las regiones más pobres.

Referencias:

Directrices para reintroducciones y otros traslados con fines de conservación. UICN. 2014.

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