Written by Los críticos de la época afirmaron que la instalación de la administración del imperio portugués en la ciudad de Río de Janeiro habría sido perjudicial para Portugal. De hecho, el traslado de la maquinaria administrativa burocrática de Portugal a Brasil inició un fenómeno administrativo en el que la propia metrópoli empezó a ser conducida desde su colonia. A esto se sumaron una serie de otras decisiones tomadas por el entonces Príncipe-Regente Don João VI que contribuyeron a la exaltación del ánimo de gran parte de la sociedad portuguesa y brasileña.
La primera medida adoptada por Don João VI al llegar a Brasil fue firmar el Tratado de Apertura de los Puertos (1808). Este acuerdo (firmado especialmente para servir a los intereses ingleses y portugueses en el contexto de las Guerras Napoleónicas), inició un proceso de autonomía económica para las colonias portuguesas. Aún en 1808, la Guayana Francesa fue invadida, a través de Pará, en represalia por la invasión de Portugal por las tropas de Napoleón Bonaparte. En 1815, Brasil fue elevado al rango de Reino Unido con Portugal y los Algarves y comenzó a disfrutar de los mismos privilegios políticos que Portugal. Esta medida también dejó en claro que Dom João VI tenía la intención de permanecer en Brasil.
Aún en 1815, las tropas europeas derrotaron definitivamente al ejército de Napoleón Bonaparte en la Batalla de Waterloo, iniciándose un proceso de restitución de los territorios de los antiguos Estados europeos anexados a Francia en el contexto de su expansión imperial. En 1816, el lado este de Uruguay, llamado Provincia Cisplatina, también fue invadido, ampliando aún más el poder geopolítico del Estado brasileño y demostrando que la instalación administrativa del imperio portugués en Brasil estaba dando buenos resultados. El descontento portugués solo tendió a aumentar con las conquistas brasileñas.
Es en este contexto que se inició una revuelta en 1820 que exigía el regreso del rey a Portugal y la formación de una Asamblea Constituyente para apoyar la gestión del nuevo gobierno posterior a la restauración. Temeroso de perder el trono portugués, Don João VI volvió a Lisboa, dejando a su hijo Don Pedro I en el Gobierno de Brasil. En Portugal, la formación de las Cortes para elaborar una Constitución de carácter liberal se caracterizó también por una propuesta de subordinación de la Corona al Legislativo, creando una especie de Monarquía Constitucional. Además, intentaron emprender la recolonización de Brasil y restaurar su antiguo estatus como colonia portuguesa.
En este sentido, se puede decir que la Revolución de Oporto se caracterizó por un proceso de restablecimiento de la capital administrativa del Imperio en Portugal; presión por el regreso de la Familia Real a Lisboa; establecimiento de un nuevo gobierno liberal y, en especial, el intento de los diputados portugueses de recolonizar Brasil. Sin embargo, las presiones ejercidas en Portugal contribuyeron a un movimiento que impulsó el proceso de Independencia de Brasil en 1822. Tras el regreso de Don João VI, los ánimos se calmaron por un breve período, pero solo hasta que surgieron nuevas revueltas de similar naturaleza. liberal no muy lejos de ese evento.
