Revuelta de las Vacunas (1904)

La ciudad de Río de Janeiro padecía en 1904 graves problemas de salud pública. Con cerca de 800.000 habitantes, diversas enfermedades -como la tuberculosis, la peste bubónica, la fiebre amarilla, la viruela, la malaria, el tifus, el cólera- asolaban a la población y eran objeto de preocupación para los funcionarios del gobierno. El entonces presidente Rodrigues Alves, con el objetivo de modernizar (y embellecer) la ciudad y también de controlar dichas epidemias, inició una serie de reformas urbanísticas que cambiaron la geografía de la ciudad y la vida cotidiana de su población.

Los cambios arquitectónicos en la ciudad estuvieron a cargo del ingeniero Pereira Passos. Se ensancharon las calles, se destruyeron las casas de vecindad y se desalojó a los pobres de sus antiguos hogares. Correspondió a Oswaldo Cruz, nombrado Director General de Salud Pública en 1903, promover el saneamiento de la ciudad y erradicar la fiebre amarilla, la peste bubónica y la viruela. Con este fin, en junio de 1904 el gobierno propuso una ley que hacía obligatoria la vacunación de la población. Aún con 15.000 firmas en contra, la ley fue aprobada el 31 de octubre.

¿Eres estudiante, profesor o academia?

DATE DE ALTA EN NUESTRA RED SOCIAL!, Grupos de estudio, apuntes, escribe en tu propio blog, añadir tu academia o dar clases particulares y Aprende!!!.

Abrir un perfil

A esta ya impopular ley se sumó una drástica regulación propuesta por Oswaldo Cruz. En él se requería constancia de vacunación para matricularse en las escuelas, así como para obtener trabajos, viajes, hospedaje y bodas. También preveía el pago de multas para quienes se resistieran a la vacunación. Cuando esta propuesta se filtró a la prensa, el pueblo indignado y molesto inició la mayor revuelta urbana que se había visto en la capital.

La revuelta comenzó alrededor de la estatua de José Bonifácio en el Largo de São Francisco y rápidamente se extendió por diferentes puntos de la ciudad, alcanzando lugares como Laranjeiras, Botafogo, Tijuca, Rio Comprido, Engenho Novo, Copacabana, además de los barrios del centro región. Piedras, tiros, barricadas, fogatas, depredaciones, fueron utilizados por la población para mostrar su descontento. La represión policial fue severa, siendo el saldo total de esta revuelta la detención de 945 personas en Ilha de Cobras, 30 muertos, 110 heridos y 461 deportaciones para el Estado de Acre.

José Murilo de Carvalho señala el hecho de que hubo varias revueltas dentro de la revuelta, o sea, varios segmentos de la población de diferentes clases sociales y motivaciones políticas estaban al frente de estas agitaciones. Según el autor, la motivación de la rebelión del pueblo no fue fundamentalmente económica, ni el desplazamiento de población fue provocado por los cambios ocurridos en la ciudad (aunque, muchos estudiosos afirman que la revuelta se produjo por una suma de descontento con la política llevado a cabo, incluida la eliminación de la vivienda). Para él, el Revuelta de las vacunas se distingue de protestas anteriores por su amplitud e intensidad basadas en la justificación moral.

La forma en que Oswaldo Cruz condujo el proceso, a pesar de sus buenas intenciones, fue entendida como arbitraria y despótica, siendo identificadas sus medidas como violatorias de los derechos civiles y constitucionales. Además, había un componente moral muy grande, pues en aquella época se consideraba un crimen contra el honor de un cabeza de familia que su casa, así como los cuerpos de sus mujeres, fueran invadidos por un desconocido.

Carvalho, analizando la revuelta, afirma que el pueblo: “Aunque no les interesaba la política, aunque no votaba, tenía claros los límites de la acción estatal. Su hogar y su honor eran innegociables, la revuelta dejó entre los participantes un fuerte sentimiento de autoestima, indispensable para formar ciudadano🇧🇷

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *