Romance – Género literario –

O romance Es un género literario que surge a principios del siglo XVII, con la hibridación como uno de sus principales atributos, que se manifiesta en la combinación de géneros (novelas, cartas, narrativas de viajes), estilos y lenguajes.

El discurso románico está compuesto por unidades estilísticas, entre las que podemos destacar:

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  • Estilización de diferentes formas de narrativa oral tradicional.
  • Estilizaciones de diferentes formas de narrativa.
  • Variación de formas literarias.
  • Discursos de personajes estilísticamente individualizados.

Tales unidades forman un sistema literario armonioso, de modo que la combinación de ellas, sin subordinación a una sola estructura, configura el género. Así, a pesar de ser considerado un discurso poético, no se ajusta a la definición oficial utilizada por la estilística, basada en las concepciones de Aristóteles, que excluye una serie de géneros, como el satírico, en cuanto los caracteriza como extraoficiales.

La obra considerada precursora del género es Don Quijote, del español Miguel de Cervantes, que definiría el rumbo de la prosa europea y mundial en los siglos posteriores a su lanzamiento. Según el teórico ruso Mikhail Bakhtin, el libro consta de “modelo clásico y más puro del románico (…), que llevó a cabo con excepcional profundidad y amplitud todas las posibilidades literarias del discurso románico plurilingüe y dialogado internamente”(1988: 27).

Además de Bakhtin, el filósofo Michel Foucault también destaca la importancia de la obra, que representa un momento en la evolución del pensamiento humano, en el que las narrativas de ficción jugarán un nuevo papel. Según Foucault, el hombre del siglo XVII empieza a percibir la realidad y la constitución del mundo exterior de forma fragmentada, discontinua, inestable. Liberado de restos medievales y renacentistas, el arte pierde su función de descifrador de enigmas universales para afirmarse como pura representación. Este movimiento también se observa en el campo de las artes plásticas, con el cuadro Las Meninas, de Velásquez.

Dos siglos después, con la Revolución Industrial y el ascenso definitivo de la burguesía al poder en la política, la novela alcanza su cúspide de popularidad como objeto de entretenimiento para el recién formado y creciente público consumidor, que la caracteriza como un género predominantemente popular. Publicada, en general, en serie (en capítulos) en los periódicos de la época, la novela desempeñó un papel equivalente al de las telenovelas contemporáneas, habiendo perdido una parte considerable de público con la aparición de la radio y, más tarde, la televisión, vehículos. que incorporó narrativas dramáticas a su horario diario.

Entre las principales características de la novela burguesa, se puede destacar la emergencia del héroe problemático, que consiste en el individuo que lucha en la búsqueda del sentido de su propia existencia. Además, se destaca el uso recurrente de recursos como la parodia, la intertextualidad y el perspectivismo, que ayudan en la caracterización del género como mixto e impuro.

En relación con los autores de la época, el francés Honoré de Balzac (La comedia humana) y Emile Zola (El germinal), el británico Charles Dickens (David Copperfield, Oliver Twist), el estadounidense Mark Twain (Tom Sawyer, Finlandés arándano), los rusos León Tolstoi (Guerra y paz, Anna Karenina) y Fiódor Dostoiévski (Crimen y castigo, Los hermanos Karamázov), y el brasileño Machado de Assis (Dom Casmurro, Las memorias póstumas de Bras Cubas).

El siglo siguiente también fue testigo del surgimiento de grandes novelistas, como el francés Marcel Proust (En busca del tiempo perdido), El irlandés James Joyce (Ulises, Finnegans Wake), el portugués José Saramago (El evangelio según Jesucristo), la brasileña Guimarães Rosa (Grande Sertão: Veredas, Sagarana), y el colombiano Gabriel García-Márquez (Cien Años de Soledad).

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Referencias:

BAHKTIN, M. Problemas de la poética de Dostoievski. Río de Janeiro: Universidad Forense, 2005.

_____________. La teoría del romance. São Paulo: Unesp, 1988.

CALVINO, I. ¿Por qué leer los clásicos? São Paulo: Companhia das Letras, 1993.

CERVANTES, M. de S. Don Quijote de La Mancha. São Paulo: Abril Cultural, 1978.

FOUCAULT, M. Palabras y cosas. São Paulo: Marins Fontes, 1999.

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