Siria – país del Medio Oriente

LA Siria, convencionalmente llamado República Árabe Siria, es una nación ubicada en el Medio Oriente, más específicamente en el suroeste de Asia. Damasco es su ciudad más importante y la capital del país, mientras que Alepo es el segundo municipio más importante. Ha demarcado fronteras con el Líbano y el Mar Mediterráneo al oeste, Jordania al sur, Israel al suroeste, Irak al este y Turquía al norte.

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Bandera siria

En la antigüedad, Siria ocupó todo el espacio conocido como Levante, una vasta región del Medio Oriente, ubicada al sur de las montañas Tauro. Hoy engloba los territorios que en la antigüedad dieron origen a grandes reinos e imperios. En el período islámico, la ciudad de Damasco fue la capital del Imperio Omeya, dinastía turca de califas de Mahoma, designación adoptada por el suegro del profeta y sus sucesores, como líderes del Islam. Esta sede política en Siria se considera uno de los centros más antiguos que están incesantemente poblados en todo el planeta.

Después de la Primera Guerra Mundial y la división del Imperio Otomano, se estableció el Mandato francés de Siria, por iniciativa del Mandato de la Liga de Naciones, es decir, una delegación legal establecida por la Sociedad de Naciones; por tanto, un miembro de este grupo debería gestionar una región alemana o turca que existió en el pasado.

Mapa de siria

Inglaterra y Francia comparten este territorio, el inglés al sur, en el espacio que hoy comprende Palestina y Jordania, y el francés en el resto de la Siria otomana, Siria, Líbano y la provincia de Hatay, ubicada en Turquía. En 1946 este país obtuvo su libertad y se convirtió en república, asumiendo el régimen parlamentario.

Los años que siguieron fueron inestables, siempre marcados por innumerables golpes de estado organizados por las fuerzas militares y muchas otras pruebas de desestabilización, que sacudieron a Siria desde 1949 hasta 1970. Profundamente atormentada, esta nación se vio constantemente abrumada por los enfrentamientos bélicos. A partir de 1962, comenzó a convivir con el estado de sitio, que defendía todos los derechos constitucionales de los ciudadanos.

En la guerra de seis días de 1967 contra Israel, una gran parte de su tierra fue aniquilada y los israelitas invadieron los Altos del Golán. De esta manera, se estructuró un sentimiento de disgusto por el pueblo de Israel entre los habitantes de Siria. Por eso no es de extrañar que tantos palestinos exiliados residan en este país, completamente adaptados a su vida social. También es natural que Siria apoye al Líbano, que también está siendo perseguido por los israelíes.

Contrariamente a todas las expectativas, los sirios no cultivan la religión islámica; el gobierno es totalmente laico y no adopta oficialmente ninguna creencia religiosa. La mayoría de los habitantes de esta nación son musulmanes, especialmente sunitas, aunque no es difícil encontrar grupos de cristianos ortodoxos.

El Partido Baaz ha gobernado este país desde 1963, aunque hoy el liderazgo lo comparte el presidente -actualmente Bashar al-Assad, hijo del exlíder, Hafez al-Assad, quien ocupó el poder desde 1970 hasta 2000, cuando murió- y una comunidad minoritaria de políticos y militares despóticos.

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