Written by La famosa frase atribuida a Sócrates genera un intenso debate y despierta mucha curiosidad sobre su significado. Dado que Sócrates no dejó escritos, es imposible decir si el filósofo realmente pronunció esa frase.
Es cierto que “Solo sé que no sé nada” se ajusta a su filosofía. La sentencia, entendida como algo bueno, resume la importancia que le dio al pensamiento crítico, la incertidumbre y la toma de conciencia de su propia ignorancia.
Saber que no sabe no es un «defecto», sino la base para abandonar la opinión (doxa) y la búsqueda del verdadero conocimiento (epistémico), objetivo de la filosofía.
¿Por qué es importante la conciencia de la ignorancia en la búsqueda del conocimiento?
Para Sócrates, el verdadero conocimiento surgió del abandono del sentido común y la opinión. El carácter particular de las opiniones se opone a la universalidad del conocimiento.
Así, todo aquel que sostiene el conocimiento en opiniones, se satisface como un conocimiento falso y se aparta de la verdad. El filósofo comprende que es necesario cuestionar certezas, opiniones y prejuicios.
Así, creó un modo basado en preguntas críticas que exponen las inconsistencias del doxa, provocando el abandono de las falsas certezas y la conciencia del «no saber», de la ignorancia misma.
Desde esta conciencia, el individuo está dispuesto a buscar, en sí mismo, nuevas respuestas que lo lleven a la verdad. Este movimiento se denominó «método socrático».
En el método socrático, la ironía se encarga de tomar conciencia de la propia ignorancia y la mayéutica (nacimiento de la idea) es la búsqueda del concepto, o de la verdad.
Así, la frase «sólo sé que no sé nada» representa una sabiduría similar a la alcanzada tras el primer movimiento del método socrático (ironía). Para el filósofo saber que no sabes es preferible a saber mal.
Aunque sea poco: no creo saber lo que no sé.
(Platón, Apología de Sócrates)
¿Cuál es la historia detrás de la frase “solo sé que no sé nada”?
La frase es una respuesta de Sócrates al mensaje del oráculo de Apolo que le dio a su amigo Querofonte en Delfos, quien afirmó que era el más sabio entre los hombres griegos.
El filósofo habría cuestionado esta condición de sabio, cuando en la sociedad griega existían varias autoridades reconocidas por sus conocimientos.
Así que dedicó su vida a investigar cómo era ser sabio y verdadero conocimiento. Para ello, cuestionó a las autoridades griegas y demostró que lo que se entendía por sabiduría, no era más que meras opiniones sustentadas en el sentido común.
Este comportamiento de Sócrates le valió enemigos entre los poderosos de Atenas, a menudo expuestos al ridículo por la ironía socrática.
El descontento y el rechazo a la figura de Sócrates en los círculos más influyentes de la política ateniense culminó con su juicio y sentencia de muerte. Una vez definida su sentencia, el filósofo todavía deja una lección más:
Pero ahora es el momento de partir: yo por la muerte, tú por la vida. Quién de nosotros sigue el mejor camino que nadie conoce, excepto los dioses.
(Platón, Apología de Sócrates)
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