Suelo orgánico e inorgánico: toda la materia

O suelo es la capa que recubre la superficie terrestre, estando formada básicamente por materia orgánica e inorgánica (componentes sólidos) por acción de factores climáticos y biológicos.

Cabe recordar que, además de los elementos sólidos, el suelo está formado por componentes líquidos (agua) y gaseosos (dióxido de carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, etc.) estrechamente relacionados con la porosidad necesaria para el desarrollo del suelo. .

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Más información sobre: ​​La importancia del suelo.

Contaminación del suelo

El suelo es muy importante para la supervivencia de los seres humanos, los animales y las plantas, ya que todos extraen de él los alimentos necesarios para sobrevivir.

Sin embargo, la contaminación del suelo por el uso de productos químicos (fertilizantes, plaguicidas) y la cantidad de residuos sólidos y líquidos, han generado varios problemas ambientales, desde la pérdida de especies y, en consecuencia, de ecosistemas.

Composición del suelo

Según su composición, existen dos tipos de suelo: orgánico e inorgánico.

Suelo orgánico

Los suelos orgánicos están compuestos por materia orgánica, es decir, formada a través de la descomposición de vegetales, animales y microorganismos.

O humus, responsable de la fertilidad del suelo, es el nombre que se le da a la materia orgánica de color oscuro que se deposita en este tipo de suelo a través de condiciones aeróbicas, es decir, cuando hay presencia de oxígeno, por ejemplo, en vertebrados e invertebrados.

A su vez, el turba es el nombre que se le da a la materia orgánica formada por procesos anaeróbicos, que ocurren con la ausencia de oxígeno, por ejemplo, hongos y bacterias. Es el suelo más adecuado para el desarrollo vegetal, siendo muy utilizado en agricultura.

Suelo inorgánico

A diferencia del suelo orgánico, el suelo inorgánico está formado por materia inorgánica, es decir, minerales que se forman principalmente por la descomposición de las rocas a lo largo del tiempo o por la acción del viento, la lluvia y los cambios de temperatura.

Estos elementos se denominan coloides inorgánicos, que tienen funciones muy importantes para desintoxicar el suelo.

Los principales minerales que emergen en este tipo de suelos son la piedra caliza, el cuarzo, la mica, la arcilla, entre otros. Este tipo de suelo no es muy adecuado para la agricultura, encontrándose, por ejemplo, en el desierto.

Los compuestos inorgánicos son más abundantes que los compuestos orgánicos y ambos son importantes para el desarrollo y el equilibrio de los ecosistemas.

Para ampliar sus conocimientos, lea Tipos de suelo.

Fertilizantes orgánicos e inorgánicos

Con la interferencia humana y el cambio climático en la actualidad, muchos lugares del mundo tienen suelos pobres en nutrientes. Por tanto, los fertilizantes, compuestos de materia orgánica e inorgánica, devuelven los nutrientes necesarios al suelo.

Así, los fertilizantes orgánicos son los que provienen de materia orgánica de origen vegetal o animal, mientras que los fertilizantes inorgánicos se obtienen mediante la extracción de minerales.

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