Supervisión escolar – Pedagogía –

1. Introducción

La historia de la educación brasileña apunta a los diversos intentos de resolver los problemas recurrentes a lo largo de su existencia. Se crearon varias teorías y un abanico de mecanismos que prometían – y prometen – promover el encuentro de la enseñanza con el aprendizaje, del proceso pedagógico con éxito.

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Entre los mecanismos encontrados por los pensadores de la educación – personas comprometidas en la búsqueda de una mejor calidad de la educación – está la supervisión escolar. La palabra supervisión se explica etimológicamente de la siguiente manera: súper (acerca de) + visión (vidente), o sea, acción para ver, visión sobre, visión integral. La supervisión se relaciona con la visión panorámica de algo que, en nuestro caso, son las acciones impulsadas en el contexto educativo.

En este contexto, un supervisor es el profesional que ejerce la supervisión. Su función es estar siempre atento a todos los acontecimientos de la escuela, ya sea en el ámbito pedagógico o administrativo.

2. Un poco de historia

Según Giancaterino (apud Lagar et al., 2013, pág. 44) La supervisión en Brasil surgió de la Reforma de Francisco Campos, con el Decreto 18.890 de 1931. Aún en el siglo XIX, con el PA-AEE (Programa Americano-Brasileño de Asistencia a la Educación Primaria) se capacitaron los primeros supervisores, con miras a en su desempeño en la educación primaria, conocida como “elemental”. El propósito de esta acción, según se predicó, fue la modernización de la enseñanza y la preparación del maestro laico. La formación ofrecida a los supervisores pioneros hizo hincapié en los métodos y técnicas de enseñanza, siendo “la supervisión la acción necesaria para controlar la labor docente.”. (Lagar et al., 2013, p. 45)

Para Medeiros (apud Lagar et al., 2013, pág. 45):

La supervisión escolar pasa a incorporar tanto en su concepción como en la práctica los supuestos y lenguaje de las teorías de la administración de empresas, configurándose como un servicio técnico independiente de cualquier opción política e ideológica, es decir, un servicio neutral..

En el análisis del contexto anterior, lo que se concluye es que “la aparente neutralidad ocultaba las fuerzas que buscaban debilitar la participación social. El rol del supervisor se centró en los aspectos tecnoburocráticos educativos”. (Lagar et al., 2013, p. 45)

El supervisor, según esta visión tecnicista, desempeñaba el papel de controlar la ejecución de las tareas, vinculadas respectivamente a los profesionales competentes correspondientes. Había una separación entre los que creaban y los que ejecutaban y, si bien se predicaba la formación de los supervisores con foco en las prácticas pedagógicas, en realidad se volcaban exclusivamente a cuestiones burocráticas, dejando de lado lo referido al proceso de enseñanza-aprendizaje.

Según Rangel (apud Lagar et al., 2013 p. 45), el supervisor fue “considerado el instrumento para implementar políticas decididas centralmente y, al mismo tiempo, el verificador de que se siguieron estas mismas políticas”.

2.1. Supervisión hoy

Actualmente, el concepto de supervisor y supervisión escolar está cubierto por cambios profundos. Si antes el supervisor tenía una función completamente técnica y burocrática, hoy está fundamentalmente vinculado a la labor docente, orientando, coordinando, siendo socio en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, a pesar de que este es el concepto actual de supervisión, todavía se ve a menudo, en la práctica, actuaciones impregnadas de influencias pasadas.

En opinión de Rangel (apud Lagar et al., 2013, pág. 45):

El supervisor no es un técnico encargado de la eficiencia del trabajo, mucho menos un controlador de producción; su función y rol asume una posición social y políticamente mayor, como líder, como coordinador, lo que incentiva al grupo a comprender, contextual y críticamente, sus acciones y, también, sus derechos.

En este sentido, el supervisor trasciende la función de mera inspección y comienza a coordinar el trabajo pedagógico. En este nuevo escenario, se convierte en socio del docente, con miras a concluir un aprendizaje real y significativo. ¿Significa esto que esta es la práctica actual de los supervisores en las escuelas? Me temo que no, al menos en la gran mayoría. El gran problema de la educación brasileña es esta brecha entre la teoría y la práctica. Mientras las costumbres insistan en archivar teorías revolucionarias y hacer prevalecer prácticas obsoletas, seguiremos fracasando.

En cuanto al rol actual de líder que asume el profesional supervisor, es bueno entender ese liderazgo como la capacidad de escuchar y ser escuchado, para realizar el trabajo de acuerdo al diálogo, con las habilidades necesarias. Este es un liderazgo que se confunde con asociación. Hoy en día, no debemos relacionar la postura del líder con acciones meramente autoritarias o imposiciones ocultas en la definición de jerarquía. La educación no funciona a través de imposiciones, sino a través de asociaciones y compartir.

3. Consideraciones finales

La supervisión escolar, necesaria para el buen desarrollo de las acciones educativas, debe practicarse con cuidado y conocimiento de la causa. La formación complementaria es importante para el educador que decide asumir el compromiso de supervisar el trabajo escolar. En la actualidad, el supervisor debe ser un profesional consciente de su rol como mediador de la labor docente, como facilitador de acciones pedagógicas, como asesor de prácticas acordes con el escenario donde se enfoca su trabajo. La supervisión impregna la función burocrática y prioriza las acciones pedagógicas.

En un escenario de incertidumbres e inconsistencias en las prácticas docentes, el rol del supervisor escolar es de fundamental importancia para la construcción de un nuevo paradigma educativo, que priorice los conocimientos previos de los estudiantes y concilie las nuevas teorías del aprendizaje con las prácticas necesarias para la éxito en la enseñanza que, como consecuencia, conducirá al aprendizaje.

Referencia bibliográfica:
LAGAR, Fabiana; SANTANA, Bárbara Beatriz de; DUTRA, Rosimeire. Conocimientos pedagógicos para licitaciones públicas. 3. ed. – Brasilia: Gran Cursos, 2013.

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