Taenia saginata – Platelmintos –

LA Taenia saginata es un gusano de platino de la clase Cestoda. En los humanos (el hospedador definitivo del gusano) este parásito causa teniasis cuando se aloja en el intestino. En el ganado, el huésped intermedio de la T. saginata, este parásito causa cisticercosis. El consumo de carne de res cruda o poco cocida que contiene larvas llamadas cisticercos causa la infección, que es más frecuente en África, Europa del Este, Sudeste de Asia y América Latina.

LA T. saginata difiere de otras especies del mismo género (como T. solium, que infecta a cerdos y humanos) por tener el cuerpo más grande. Los gusanos adultos pueden alcanzar hasta 20 metros en casos raros (el promedio es de entre 8 y 10 m). Sus cuerpos están aplanados y segmentados, cubiertos de tegumento. Anatómicamente, su cuerpo se divide en escólex, cérvix y estróbiles. El escólex es la porción apical del cuerpo, con cuatro ventosas. El cuello conecta el escólex con el resto del cuerpo, que son unidades de proglótides que forman el estróbilo. Cada proglota tiene un sistema reproductor hermafrodita completo en su interior. Cuanto más lejos del escólex, más maduras son las proglótides, hasta que entran en el estado «preñadas», llenas de huevos. Un gusano adulto puede tener más de 2000 proglótides formando su estróbilo.

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La nutrición de este gusano se produce a través de su tegumento, ya que no tiene boca, ano ni tracto digestivo (gusano acelomato). La superficie de sus cuerpos está llena de estructuras microscópicas similares a los pelos que capturan e internalizan los nutrientes. Debido a que viven en el intestino, sobreviven con alimentos digeridos por su anfitrión.

Los bueyes son huéspedes intermedios de la Taenia saginata, si está contaminado por la ingestión de huevos. Estos rompen por la acción de los ácidos gástricos, liberando las larvas con ganchos. Estos pueden adherirse a las paredes del intestino y penetrar la mucosa para acceder a los vasos sanguíneos. En poco más de dos meses, estas larvas circulan por la sangre hasta alojarse en los músculos esqueléticos del animal. Adheridas a la musculatura, las larvas pierden sus ganchos y desarrollan una cutícula protectora gruesa llamada cisticerco. En algunos casos, estos quistes se forman en los pulmones, el hígado o incluso el sistema nervioso, provocando formas sintomáticas de cisticercosis, una zoonosis que necesita tratamiento.

Después de ingerir ternera poco cocida con cisticercos, el ser humano se convierte en el hospedador definitivo de este gusano. En menos de 12 semanas, los cultivos maduran en adultos, quienes comienzan a liberar proglótides preñadas llenas de huevos, siendo expulsadas en las heces del hospedero y sobreviviendo varios días en el suelo o en el sistema de alcantarillado, completando el ciclo de contaminación. Se cree que, si no se aborda, T. saginata puede vivir hasta 25 años en los intestinos de una persona. Esto se debe a que, muchas veces, su presencia es asintomática. Solo en casos extremos de infección se producen dolor abdominal, diarrea, pérdida de apetito y pérdida de peso. El diagnóstico de la presencia del gusano se realiza mediante el examen de las heces, verificando el llenado de los huevos. Posteriormente, la administración de medicamentos específicos (gusanos) provoca cambios en el tegumento del parásito, desplazándolo y provocando su fragmentación y muerte.

Aunque la infección por Taenia saginata es fácil de tratar, se estima que más de 50 millones de personas en todo el mundo están infectadas. Esto se debe al incumplimiento de simples medidas preventivas, como cocinar la carne de res durante más de 5 minutos a más de 50 minutos.0C, su adecuada refrigeración antes del consumo y el correcto tratamiento de las aguas residuales, evitando la contaminación del ganado.

Referencias:

Dorny, P. y Praet, N., 2007. Taenia saginata en Europa. Parasitología veterinaria, 149(1-2), págs. 22-24.

Geerts, S., 1992. El complejo teniasis-cisticercosis en África. Bulletin des Seances-Academie Royale des Sciences d’Outre-Mer (Bélgica) ISSN 0001-4176.

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