Tenencia – Relaciones ecológicas – Biología

O tenencia es una relación ecológica que se da entre organismos de diferentes especies, es decir, es una relación interespecífica. En esta asociación, una especie llamada «inquilino» vive dentro o sobre otra especie, llamada «anfitriona», que sirve de apoyo o refugio. La especie arrendataria se beneficia, pero no daña al anfitrión.

Tenencia entre plantas

Esta relación se encuentra comúnmente entre plantas como bromelias, orquídeas y helechos y plantas más grandes, sobre las que se asientan como soporte. Entre las verduras, se les llama la especie arrendataria epífita. Al crecer sobre plantas de gran tamaño, las epífitas garantizan un mayor aporte de luz para la realización de la fotosíntesis, lo cual es muy importante, especialmente en ambientes que reciben poca luz, como el interior de los bosques.

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Tenencia de una bromelia. Foto: Ricardo de Paula Ferreira / Shutterstock.com

Dado que las epífitas no tienen contacto con el suelo, su supervivencia en los estratos arbóreos está garantizada por estructuras adaptadas para captar y absorber agua. Las bromelias, por ejemplo, tienen forma de cono invertido y hojas con disposición en espiral y entretejida, que permiten el almacenamiento del agua de lluvia.

Tenencia entre animales

Entre los animales, uno de los casos más conocidos de este tipo de relación es la tenencia entre peces fierasfer, popularmente conocidos como pez aguja, y pepinos de mar (Holoturia). Este pez se refugia en el cuerpo de este equinodermo, del que sale para alimentarse y luego regresa. Mientras que el fierásfer garantiza protección, el pepino de mar no recibe beneficios ni sufre desventajas.

Otro caso de tenencia entre animales se puede observar entre los peces payaso y las anémonas de mar. Para garantizar refugio y protección, varias especies de peces payaso habitan en los tentáculos de ciertas anémonas de mar, sin causarles ningún daño o beneficio. Sin embargo, esta relación puede considerarse, al mismo tiempo, una situación de comensalismo, pues, eventualmente, los peces payaso aprovechan los restos de comida que dejan las anémonas para alimentarse. Los peces payaso no se ven afectados por los tentáculos de la anémona, que los protegen de los depredadores, gracias al moco protector que recubre sus cuerpos.

Pez payaso entre anémonas de mar. Foto: Krzysztof Odziomek / Shutterstock.com

Aún en el medio acuático, se da un curioso caso de tenencia entre una especie de tortuga endémica de Australia, conocida como Mary River (Elusor macrurus), y algas verdes: estas algas se asientan y colonizan el cuerpo de estas tortugas, que tienen sus caparazones y cabezas llenas de estos organismos. En esta relación, las algas ganan sustrato para su desarrollo, no perjudicando ni beneficiando a las tortugas.

Referencias bibliográficas:

AMABIS, José Mariano; MARTHO, Gilberto Rodrigues. Biología en contexto. 1ª edición. São Paulo: Editora Moderna, 2013.

COGLIATTI-CARVALHO, Luciana et al. Volumen de agua almacenada en el tanque de bromelias en restas en la costa brasileña. 2010. Acto botánico brasileño 24: 84-95.

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