Transformación de paisajes naturales por el hombre – Geografía

En la búsqueda de una mayor comodidad, progreso o simple ventaja económica, el ser humano termina por reasignar los recursos naturales, cambiando las configuraciones del entorno en el que vive. Esto se realiza a través de actividades como la tala de árboles, el tratamiento del suelo, la cría de animales domésticos, la construcción de edificios, carreteras pavimentadas, la perforación de montañas para abrir minas o túneles, o incluso arrojar residuos orgánicos e industriales al aire, ríos y mares. Con estas y otras modificaciones, tenemos el paisaje geográfico que nos rodea, una mezcla de elementos naturales y procesados.

Científicamente, podemos conceptualizar el término paisaje como resultado de la combinación, en un territorio determinado, de elementos físicos, biológicos y humanos que constituyen su unidad orgánica y están estrechamente relacionados. En otras palabras, se trata de una convivencia armoniosa entre humanos y elementos vivos y no vivos, donde todos tienen la posibilidad de vivir con normalidad.

También podemos considerar el término paisaje bajo dos aspectos, el natural y el cultural. Consideramos paisaje natural aquel en el que no hubo acción modificadora por parte del hombre, es decir, conserva sus bases geológicas (geognósticas) y climáticas (vegetativas). El paisaje cultural, en cambio, es el modelado por medio de un grupo cultural, donde la cultura es el agente, el espacio natural es el entorno y el paisaje cultural es el resultado.

En la antigüedad, la relación entre los elementos físicos y humanos del paisaje se observó por primera vez en los tratados de Estrabón y los geógrafos de la escuela alejandrina. A principios del siglo XIX, Carl Ritter estableció la interrelación entre la actividad humana y el entorno natural, lo que dio lugar a la geografía humana. Poco después, surgió la escuela alemana, que desarrolló una concepción determinista de la geografía, en la que el medio ambiente es responsable de la actividad y la cultura humanas. Como contrapunto, en Francia, tenemos la escuela posibilista, representada por Paul Vidal de La Blache, que defiende la influencia del hombre en el medio, a lo largo de la evolución histórica y según sus propios intereses.

A finales del siglo XIX, William Morris Davis define los paisajes morfológicos según sus procesos de formación, lo que lleva a los geógrafos a desarrollar los conceptos de paisaje geográfico natural, humanizado y global.

Hoy, la evolución de tales conceptos nos lleva a entender que todos los elementos interactúan: el relieve afecta al clima, el cual influye en las formas de la vegetación, cuya mayor o menor densidad favorece o dificulta la erosión, etc. Esta relación conduce a un equilibrio dinámico e inestable, en constante transformación.

Actualmente, casi todos los paisajes de la Tierra, excepto los polares, las altas cumbres de las sierras, los bosques vírgenes y el interior de los desiertos, presentan una influencia humana o cultural en mayor o menor medida. Los paisajes en los que no se ha impuesto la acción del hombre son predominantemente naturales y de escaso valor económico.

el más alto grado de transformación del paisaje tiene lugar en la ciudad, donde esto es casi absoluto. Los paisajes rurales, en cambio, están matizados por los usos agrícolas, ganaderos y forestales del territorio, así como por otros factores económicos (carreteras, ferrocarriles, minas e industrias).

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La erosión, la deforestación y los incendios son factores recurrentes en la transformación del paisaje debido al uso de la tierra como recurso fundamental para la práctica de las actividades humanas. Estos factores son agentes causantes de impactos ambientales en la agricultura de producción a gran escala. En este sentido, enumere los agentes mencionados en la columna de la izquierda a sus respectivos impactos ambientales descritos en la columna de la derecha:


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